En
estos tiempos donde la constante en las Organizaciones pareciera ser la
rotación del personal, donde no se encuentran herramientas prácticas
para mejorar el clima laboral, donde los líderes se encuentran
decepcionados por su baja efectividad, pensé que sería útil meditar
sobre algunos secretos que encuentro dentro de la Sabiduría Milenaria y
ese secreto es cuando las personas reconocen la voz de su líder.
Por
ejemplo, reconoces la voz cuando alguien te llama por teléfono, tú
detectas quien es la persona que te llama. Poder reconocer la voz de
alguien, eso lo haces normalmente, entonces te prestarás a esa relación
confiadamente y coordinarás acciones de equipo.
Imagina
un partido de futbol en un estadio muy gigante, en la cancha 22
jugadores rodeados de tribunas con miles y miles de personas gritando,
sin embargo 11 de ellos reconocen la voz de su Director Técnico. Dentro
de miles y miles de voces que gritan, 11 detectan claramente una voz que
los guiará al éxito: la de su DT. Interesante es que los otros 11 no la
obedecen y ni siquiera la escuchan.
Cuando
las personas de tu equipo no te siguen, es que no reconocen tu voz y
estás entonces en problemas porque ellas siempre seguirán a quien las
lleve donde hay agua, alimentos y en caso de necesidades, las defienda
con su propia vida. Si anhelas que tu equipo te siga, haz como Jesús,
que después de 2000 años sus ovejas siguen su voz porque ÉL las alimenta
y las protege. Haces lo mismo con tu equipo? Reconocer la voz del líder es el secreto para que puedan obedecerlo y seguirlo, también es garantía de buenos pastos y tranquilas aguas (Sl.23), de compromiso y responsabilidad.
Si te desvías a la derecha o a la izquierda, oirás una voz detrás de ti, que te dirá: Por aquí es el camino, vayan por aquí. (Is.30:21) Conocer
esa voz es fundamental y por ello debemos estar atentos porque nos
mostrará caminos nuevos. Estás buscando renovar tu visión? Abre tus
oídos.
Al Padre de nuestra fe le sucedió lo mismo, cuando Un
día el Señor le dijo a Abram: "Deja tu tierra, tus parientes y la casa
de tu padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar. (Gen.12:1)
En vez de ponerse a discutir hacia donde iba porque debería dejar todo,
él confió en esa voz y decidió obedecer. Esa voz le daba seguridad de
excelente futuro y era agradable saber que prosperaría.
Jesús
armó su equipo de trabajo solamente con una palabra en singular:
“sígueme”. Muchos no lo siguieron seguramente, pero aquellos que
reconocieron esa voz lo dejaron todo para seguirlo. Esa misma palabra
también enseña que él se colocaba delante, era ejemplo para sus
seguidores.
Reconocer
la voz del verdadero líder sigue siendo garantía de cosas buenas,
gratas, prósperas, de buen futuro y fundamentalmente de paz.
Elias Bajer (elias @ businessandswing.com)