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General: Victoria Villarruel LA NEGACIONISTA, DEFENSORA DEL GENOCIDIO
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De: Gran Papiyo (Mensaje original) |
Enviado: 05/09/2023 02:17 |
¿Quién es Victoria Villarruel, la defensora de la familia militar que secunda a Javier Milei?
La abogada de 48 años se abrió paso en la política desde su militancia en las organizaciones de "memoria completa". Su enemistad con Cecilia Pando le valió que el marido de la otra dirigente negacionista le recordara los días cuando organizaba visitas al dictador Jorge Rafael Videla. Hija dilecta de la familia militar, Villarruel será la dama de hierro que tendrá a su cargo los ministerios de seguridad, defensa e inteligencia en un virtual gobierno de la ultraderecha.
MILEI y VILLARRUEL : El Diablo crió a estos dos engendros y ellos se juntaron
Victoria Villarruel no podía disimular su gesto de satisfacción el domingo en el búnker de La Libertad Avanza (LLA) después de que el partido que Javier Milei y ella lideran hubiera quedado primero en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) con poco más del 30 por ciento de los votos. Villarruel, que saltó desde una organización de “memoria completa” a la política, se aferraba a una bandera argentina durante la celebración.
La abogada de 48 años –que se congratula de haber corrido hacia la derecha la discusión política en la Argentina con consignas como “no son 30.000” y que es uno de los nexos de Vox en la región-- será quien monitoree las áreas de seguridad, defensa e inteligencia si LLA gana las elecciones. A diferencia de otras áreas como la ciencia, la salud o la educación, Villarruel promete más presupuesto para la familia uniformada.
Victoria es la primera de las dos hijas del matrimonio conformado por Eduardo Marcelo Villarruel y Diana Destéfani. Nació el 13 de abril de 1975, un año y medio después del casamiento. Es, aunque le cueste admitirlo, una hija de los ‘70 y, como marcó la periodista Ximena Tordini en la revista Crisis, una integrante de la familia militar.
Cuando nació su primera hija, Eduardo Villarruel estaba destinado en el cuartel de Villa Martelli. Cuando Victoria cumplió el año, Villarruel estaba en el Operativo Independencia, la antesala tucumana del genocidio que implementó la última dictadura. En la Guerra de Malvinas, fue el segundo jefe de la Compañía de Comandos 602, detrás de Aldo Rico. Fue prisionero de los ingleses. La democracia lo encontró trabajando en la Secretaría General del Ejército dentro del Departamento de Comunicación Social.
En junio de 1987 –en plena efervescencia de las sublevaciones militares que habían llevado a la Obediencia Debida– se negó a jurar por la Constitución Nacional, lo que le valió una sanción de 40 días de arresto. Fue señalado por la revista El Periodista como uno de los militares “delirantes” que querían matar a Raúl Alfonsín, algo que él negó ante el Ejército. En un reclamo administrativo, afirmó: “He intervenido en la lucha contra la subversión, tanto en el ambiente urbano como rural”. Falleció durante la pandemia y jamás fue investigado.
Su tío Ernesto Guillermo Villarruel fue detenido en octubre de 2015 por orden del juez Daniel Rafecas por crímenes cometidos en el centro clandestino conocido como Vesubio. Tampoco fue juzgado porque se lo declaró incapaz para afrontar el proceso.
La historia oficial de Victoria Villarruel
Victoria Villarruel se recibió de abogada en 2003 –el mismo año en que Néstor Kirchner llegó al gobierno e impulsó la reapertura de los procesos contra los genocidas–. Para entonces, Villarruel era parte de una organización que se había formado una década antes y se llamaba Asociación Unidad Argentina (Aunar). Este grupo que tenía como líder a Fernando Exequiel Verplaetsen, exjefe de inteligencia del Comando de Institutos Militares con asiento en Campo de Mayo, se opuso fervientemente a la derogación del decreto que había firmado Fernando de la Rúa para impedir las extradiciones de quienes eran investigados por crímenes de lesa humanidad en el exterior cuando las leyes de amnistía lo impedían en el país.
La diputada no suele contar ese paso por Aunar ni por otra organización pro-militar, como quedó en claro en la entrevista que le concedió al sociólogo Cristian Palmisciano para su tesis de maestría. “Yo la única que conocí fue FAMUS. De nombre, yo por una razón etaria no participé de sus actividades”, le dijo.
La historia pública de Villarruel comienza en 2006, con la conformación del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv) –una especie de calco del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) pero de la derecha–. El Celtyv nace justamente cuando se reabrieron los procesos por crímenes contra la dictadura y con un objetivo claro: si los integrantes de las fuerzas podían sentarse en el banquillo, entonces los militantes, también.
Los grupos de “memoria completa” empezaron a pulular a principios de este milenio como una reacción a la renovada presencia en la agenda pública de los derechos humanos –especialmente a partir de la confesión del marino Adolfo Scilingo sobre los vuelos de la muerte, la emergencia de un actor clave como fue H.I.J.O.S, los juicios por la verdad y las investigaciones que promovió desde España el juez Baltasar Garzón–. Si bien muchas de estas organizaciones se centran en la reivindicación de los represores, el Celtyv de Villarruel se apropia del discurso humanitario de los organismos para apuntar sus cañones hacia los militantes de los años ‘70. Su principal apuesta es la reapertura de la causa por el secuestro del coronel Argentino del Valle Larrabure por cuya muerte buscan responsabilizar a exintegrantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). El caso Larrabure está hace tiempo en la Corte Suprema –donde trabajan dos primos de la diputada libertaria.
La prehistoria: de Pando a Videla
Cecilia Pando es una de las detractoras de Villarruel y es quien se ocupa de recordarle el pasado que la candidata a vice de Milei preferiría que quede solapado. También lo hace el mayor retirado Pedro Mercado, marido de Pando, que en un posteo de Facebook trazó un recorrido de la militancia de Villarruel.
Según Mercado, Villarruel comenzó su activismo en la Asociación Argentinos por la Memoria Completa, que cayó en desgracia después de que una investigación periodística expuso que su máxima dirigente, Karina Mujica, ejercía la prostitución en Mar del Plata. De acuerdo con el militar retirado, Villarruel después fundó Jóvenes por la Verdad, un grupo cuya actividad más destacada era la de coordinar visitas al dictador Jorge Rafael Videla. “Fue precisamente a través de ella que pude mantener una larga entrevista con el expresidente”, escribió el marido de Pando.
Villarruel habría colaborado con la Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos (AFyAPPA), que conduce Pando. Según la versión de Mercado, Villarruel la acompañaba el 8 de marzo de 2006, cuando su esposa interrumpió el discurso de Kirchner en la Casa Rosada. Después festejaron todos juntos en Puerto Madero. Mercado también relató que Villarruel le propuso ser quien lleve el mensaje de “nuestros presos” a la esfera internacional y que él participó, de alguna manera, de la concertación que llevó a la formación del Celtyv.
Esos días quedaron atrás hace tiempo. Pando estalló de ira semanas atrás, cuando Milei dijo que no habría indulto para los condenados por lesa humanidad, y acusó a Villarruel de haber firmado los libros que, en realidad, habría escrito el marino Alberto González –uno de los represores condenados a perpetua por los crímenes cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA)–. El abogado del “Gato” González, Guillermo Fanego, le confirmó a Página/12 que el vínculo existía, aunque desestimó la coautoría.
La conexión española con Vox
Por línea materna, Victoria Villarruel es nieta de Laurio Destéfani, un contraalmirante que es considerado uno de los mayores historiadores de la Marina. Destéfani fue destinado a estudiar a España, donde trabó amistad con Manuel Aznar Acedo, un falangista cuyo hijo José María llegó a ser presidente del gobierno español. Fue a través de Aznar –según reconstruye el periodista Guidos Braslavsky en Enemigos íntimos– que Villarruel se contactó con la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) española, que fue su principal apoyo en el exterior.
En 2019, Villarruel acompañó a Javier Ortega Smith, el secretario general del ultraderechista Vox, en una presentación en el Círculo Militar. “Me atrevo a vaticinar que puede haber un 30 por ciento de los argentinos que estén buscando a alguien que realmente los represente”, dijo el segundo de Santiago Abascal durante su estadía porteña.
Villarruel es la presidenta honoraria de la Fundación Oíd Mortales, que firmó la Carta de Madrid, el documento fundacional de una alianza de agrupaciones que orbitan alrededor de Vox en España e Hispanoamérica. Allí denuncian que parte de la región está “secuestrada” por regímenes totalitarios de inspiración comunista.
Cambiemos y algo más
La Fundación Oíd Mortales sirve como una especie de think tank para Villarruel. Días atrás, Clarín publicó que su gurú en materia de seguridad es Jorge Eduardo Lenard Vives, un coronel con especialización en inteligencia. Durante el macrismo, fue el director de Investigaciones de la Aduana, que conducía el excarapintada Juan José Gómez Centurión. En la causa que gira alrededor de Marcelo D’Alessio, Vives está mencionado como uno de los “incorruptibles” de Elisa Carrió.
Gómez Centurión fue el primero en tentar a Villarruel con saltar a la política, pero no la convenció. Lo aceptó en 2021 de la mano de Milei. Según Juan Gónzález, autor del libro El loco, la idea de sumarla fue del consultor Mario Russo, que buscaba una “novia de Recoleta” que le asegurara el voto conservador al economista desbocado.
En efecto, la diputada --oriunda, en realidad, de Barrio Norte-- genera tanto expectativa como desconfianza en la familia militar: algunos sienten que no es todo lo enfática que debería y otros la sienten propia. La otra dama de hierro de la derecha, Patricia Bullrich, tiene que esforzarse más: por eso, en su visita a Punta Alta, prometió resolver el problema de los militares "injustamente" detenidos.
Villarruel fue construyendo su camino como referente de la extrema derecha. Un hito en ese recorrido lo marcó en enero de 2016, cuando consiguió que el entonces secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, la recibiera a ella y a otros integrantes del Celtyv en su oficina en el Espacio Memoria y Derechos Humanos –exESMA–. En ese momento, Avruj se atajaba diciendo que había sido Carrió quien había sugerido, de alguna manera, la reunión. La líder de la Coalición Cívica la había tenido un año antes en su instituto Hannah Arendt en una mesa en la que también se sentó Graciela Fernández Meijide. Después llegó para Villarruel, la presencia mediática y sus irrupciones en el prime-time televisivo de la mano de Intratables.
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(Gran Papiyo)
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Con el aval institucional de Juntos por el Cambio
Cómo fue el acto de Victoria Villarruel en la Legislatura: agravios a Estela Carlotto y corralito a la prensa
El "homenaje a víctimas del terrorismo" de la candidata de ultraderecha avanzó con el aval institucional que facilitó Juntos por el Cambio.
Afuera, en todo el perímetro a la redonda, el Gobierno de la Ciudad blindó la Legislatura con vallas y policías, impidiendo que la movilización de organismos de derechos humanos, organizaciones políticas y sociales se acercase. Adentro, la Legislatura blindó el Salón Dorado, donde se hizo el acto negacionista que despertó el repudio y la movilización: inéditamente, el cuerpo presidido por el cambiemita Emmanuel Ferrario delegó en la legisladora de La Libertad Avanza Lucía Montenegro la organización y admisión de la prensa. Y a último momento, las acreditaciones de prensa ya cursadas fueron suspendidas y derivadas a asesores del bloque libertario —que nunca respondieron los pedidos de ingreso a este medio—. Así las cosas, Victoria Villarruel tuvo todo servido para desplegar sin repregunta alguna el show de su Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv) al que denominó "Homenaje a víctimas de terorismo".
"A 40 años del Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Memoria, Verdad y Justicia. Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires", decía la placa de mármol que no pasó desapercibida en el ingreso del salón. Ese consenso democrático básico era el que se estaba tensionando puertas adentro del Salón Dorado, en lo que parecía ser el fruto de un trabajo que la organización de Villarruel viene llevando adelante desde su creación en 2006, tomando el vocabulario de las luchas por los derechos humanos, pero transformándolo bajo el neologismo de la "memoria completa" (aunque, claro, sin gozar antes del aval de los votos a la activista devenida candidata, ni del aval institucional de una Legislatura).
Lo que se escenificó (ahora con todas las cámaras y flashes encima) no es nuevo en las manifestaciones de esta organización: la construcción de la figura de “víctima del terrorismo” seleccionando casos emblemáticos —todos, previos al golpe de Estado—, la elaboración de datos y estadísticas propias de difícil contrastación. Con el pedido de "Verdad y Justicia" (omitiendo la idea de memoria, que ha sido transformada), se aboga por "los derechos humanos de todos", por "las víctimas del terrorismo que fueron desaparecidas".
La agresión a los organismos
Victoria Villarruel se cuidó de no hacer mención alguna a la defensa de la familia militar de la que proviene y a la que defiende —mucho menos, a sus visitas a la cárcel a Jorge Rafael Videla, o al motivo por el cual Etchecolaz anotó su nombre en su agenda al momento del juicio en el que desapareció Jorge Julio López—. Pero avanzó, en cambio, en agresiones a los organismos de derechos humanos: "¿Quién podría oponerse al homenaje a víctimas inocentes, si no fuera porque es cómplice o parte de los que ponían bombas que asesinaban a estos inocentes?", acusó. "Los que impiden que nuestro dolor sea recordado son los que tienen las manos manchadas de sangre de nuestros seres queridos. Los que monopolizan el recuerdo en nombre del comunismo, el marxismo, Montoneros, el Ejército Revolucionario del Pueblo, de una revolución que nadie les pidió", abundó.
La agresión se hizo más virulenta después del acto en el canal LN+, focalizada en Estela de Carlotto: "Carlotto ha sido un personaje bastante siniestro para nuestro país, porque con ese cariz de abuelita buena la realidad es que ha justificado al terrorismo, ha hecho política desde siempre, tiene a toda su familia colocada en el Estado. Puede sentir dolor por la muerte de su hija, pero tiene que contar que su hija era combatiente de Montoneros", agredió sin acotación ni repregunta del periodista, que escuchaba asintiendo.
Antes que ella, en el acto hablaron Lorenza Ferrari, Graciela Saraspe y Arturo Larrabure, tres familiares de víctimas de actos de terrorismo que se produjeron antes del golpe de Estado de 1976 (Larrabure es hijo de Argentino del Valle Larrabure, Mayor del Ejército secuestrado en 1974 por el ERP en la Fábrica Militar de Villa María). Entre el público resaltaron dos presencias: Delfina Wagner, la influencier libertaria vinculada a la organización del atentado contra Cristina Kirchner, y Ximena de Tezanos Pinto, "la vecina de Cristina". También varios exmilitares, esposas y viudas de militares, que celebraron el encuentro al grito de "¡Viva la Patria!".
“Quiero agradecer muy especialmente la presencia de las víctimas del terrorismo, que hace más de 40 años están sufriendo el dolor más indecible: que tu propio país te niegue”, inició Villarruel, y agradeció también a los integrantes de La Libertad Avanza presentes. “Muchos no pudieron estar porque el autoritarismo está afuera”, explicó, en referencia a la manifestación de organismos de derechos humanos.
Escraches y repudios
Mientras la mayoría de la prensa quedó literalmente encerrada en un salón contiguo con la seguridad reforzada y la orden de que "nadie pasara", legisladores de izquierda repudiaron la actividad con un escrache en la puerta del salón. Entre ellos, Alejandrina Barry levantaba un cartel con el nombre de sus padres desaparecidos, Susana Mata y Juan Barry, entre los 30.000.
Antes, el bloque de Unión por la Patria recibió en la Legislatura a integrantes de Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares de detenidos y desaparecidos, Hijos, Nietes y el Cels, "para expresarles nuestra solidaridad y compromiso en la defensa permanente por los derechos humanos", sintetizó la reunión Victoria Montenegro a Página/12. También recibieron la convocatoria del martes a las 5 de la tarde en Foetra para avanzar en la una agenda para los organismos contra el negacionismo, que se avisora urgente.
Los que también se expresaron, del ingenioso modo que les fue posible, fueron los empleados de la Legislatura nucleados en ATE: silbando el clásico de las marchas de derechos humanos "Olé, olé, olé, olá...." y con carteles y remeras que decían "Son 30.000", dieron vueltas en el hall que antecede al Salón Dorado, donde se realizaba el acto negacionista. No hicieron falta palabras para expresar acuerdos básicos.
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(Gran Papiyo)
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Victoria Villarruel: "Estela de Carlotto ha sido un personaje bastante siniestro para nuestro país"
La candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza apuntó contra la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo luego del acto negacionista que encabezó en la Legislatura porteña.
La candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza, Victoria Villarruel, tildó a la presidente de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, como "un personaje siniestro" y sentenció: "Con ese cariz de abuelita buena ha justificado al terrorismo".
"Carlotto ha sido un personaje bastante siniestro para nuestro país. Con ese cariz de abuelita buena ha justificado al terrorismo. Es un personaje que ha hecho política desde siempre, que tiene a toda su familia colocada en el Estado y que viene a reclamar algo cuando debería contar que su hija era combatiente de Montoneros. Carlotto es una muestra de la gran hipocresía de la izquierda", manifestó Villarruel en declaraciones a LN+.
Victoria Villarruel encabezó el lunes por la tarde en la Legislatura porteña un "homenaje a las víctimas del terrorismo" por considerar que se trata de una "práctica negacionista" para "instalar la teoría de los dos demonios".
El encuentro buscó poner en el centro de la crítica el accionar armado de las organizaciones guerrilleras Montoneros y ERP que actuaron primero en democracia y luego clandestinamente bajo la dictadura militar, y fue organizado por el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV), la entidad que preside Villarruel, y por la legisladora porteña de La Libertad Avanza Lucia Montenegro.
La diputada consiguió la autorización del presidente primero de la Legislatura, Emmanuel Ferrario (PRO) para desarrollar la actividad en el Salón Dorado de la casa parlamentaria.
El acto se desarrolló en el marco de una protesta de agrupaciones de izquierda y organismos de Derechos Humanos en las inmediaciones de la Legislatura porteña, cuyos accesos estuvieron totalmente vallados desde bien temprano.
La titular de la asociación de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, respondió a las críticas de la candidata a vicepresidente de La Libertad Avanza, Victoria Villarruel. "No tiene sentido lo que diga esta bestia", sentenció en declaraciones a C5N y adelantó que esta tarde habrá una reunión de la organización y emitirán un comunicado.
"No le tengo lástima, no le tengo odio", definió la referente de los Derechos Humanos y calificó a la libertaria como "una pobre mujer". "Necesitamos un país serio", completó.
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(Gran Papiyo)
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De: Quicor |
Enviado: 06/09/2023 21:11 |
Posiblemente, su madre no tuvo culpa de lo que hoy son estos personajes
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Se trata, Quico, del regreso de los muertos vivos.
Ellos siempre estuvieron en las sombras, agazapados, esperando el momento más propicio para volver.
Vivimos tiempos en que una parte bastante grande de la población está tan idiotizada que no repara en las consecuencias que nos traería el triunfo de estas bestias en las Elecciones.
Quiero creer que se terminará imponiendo la cordura.
Aunque dicen por ahí que... la estupidez humana es infinita.
Vamos a ver qué pasa.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo) |
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Una pésima noticia para la defensora de genocidas
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(Gran Papiyo) |
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Las conexiones de la candidata a vice de Javier Milei con los detenidos de lesa humanidad
El libro que Victoria Villarruel oculta: lo firmó con un represor del Batallón 601
La diputada de La Libertad Avanza arremete contra Abuelas de Plaza de Mayo en una publicación compilada por Alberto Crinigan, que está siendo enjuiciado por crímenes de lesa humanidad en La Plata.
Victoria Villarruel suele evitar referirse a un libro que publicó en coautoría con un detenido por crímenes de lesa humanidad. La obra se llama La nación dividida: Argentina después de la violencia de los ‘70. El compilador es Alberto Jorge Crinigan, un exoficial de inteligencia del Batallón 601 que actualmente está siendo enjuiciado en La Plata por secuestros y desapariciones en el Regimiento 7.
En 2019, cuando no existía ni La Libertad Avanza (LLA) ni la posibilidad de ser candidata a vicepresidenta, Villarruel publicó un artículo en un libro que compilaban Crinigan con Guillermo Palombo y Santiago Sinopoli. Palombo y Sinopoli son también autores de otra publicación que dice que los procesos de lesa humanidad son juicios-venganza.
Crinigan es un cuadro de la inteligencia del Ejército. Fue S2 (oficial de inteligencia) del Regimiento 7 de La Plata. En 1978, hizo el curso de Inteligencia de Ejército. Después de eso, lo mandaron a Mar del Plata y se incorporó al Batallón 601. El juez Claudio Bonadio inicialmente lo detuvo por su posible intervención en los secuestros y desapariciones de los militantes montoneros que participaron de la Contraofensiva. Cuando declaró ante el juez Ariel Lijo, evitó mostrarse como un hombre de acción y dijo que, en realidad, él se dedicaba al análisis de la inteligencia.
En el libro que comparte con Villarruel, Crinigan define lo sucedido en la Argentina como una “guerra revolucionaria” y afirma que las víctimas no fueron jóvenes idealistas. “Es una guerra oculta y sus consecuencias, las que nos impiden ser una gran nación”, afirma en su artículo el militar retirado, que actualmente está en prisión domiciliaria y siendo enjuiciado por el Tribunal Oral Federal (TOF) 1 de La Plata.
La "guerra" de Villarruel contra Carlotto y Bonafini
Tanto Villarruel como Javier Milei hablan de una “guerra” y niegan que haya existido el terrorismo de Estado. La actual candidata a vice de LLA, en el escrito que figura en el libro, incurre en sus habituales letanías:
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Que Raúl Alfonsín debió haber conformado una comisión para investigar al “terrorismo” cuando creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep);
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Que hay víctimas de primera y de segunda;
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Que no deberían haber convenios entre Abuelas de Plaza de Mayo y Paka Paka para difundir contenidos sobre el derecho a la identidad o que Hebe de Bonafini no debió haber tenido un programa en la TV Pública.
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Que las organizaciones de derechos humanos fueron creadas para “continuar la guerra por otra vía”.
Villarruel no hace demasiados esfuerzos por esconder su encono con las referentes del movimiento de derechos humanos como Estela de Carlotto o Hebe de Bonafini –ya fallecida–, a quienes ha definido como “madres de terroristas” o personajes siniestros. En el libro, arremete contra Abuelas de Plaza de Mayo. “Para casi toda la clase política y los medios masivos de comunicación el rol de la Sra. Carlotto y su asociación merecen un premio que es un galardón para aquellos que han hecho una contribución a la paz en sus naciones y en el mundo. Pero esa no ha sido la valía de esta entidad, sino que ha sido uno de los arietes más fuertes que ha tenido el sector de las organizaciones armadas para distraer de los crímenes aberrantes que cometieron en nombre de la revolución”, escribió la abogada. No le merecen la misma calificación de crímenes aberrantes ni las torturas, ni los vuelos de la muerte ni el robo de niños y niñas.
Otro de los autores del libro es el jurista Alfredo Vítolo, que fue asesor de la Secretaría de Derechos Humanos de Claudio Avruj. En 2016, fue casualmente Avruj quien le concedió una entrevista a Villarruel en su oficina en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (exESMA) que le sirvió de plafón para pasar a la política grande y hacer sus incursiones en el programa Intratables. Vítolo fue el candidato del gobierno de Mauricio Macri ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pero debió bajar su postulación. No pocos vieron detrás su mano la reunión que lograron organizaciones pro-militares con los comisionados en 2018.
En el debate vicepresidencial, Villarruel justificó con sus libros (Los llaman jóvenes idealistas y Los otros muertos) sus visitas a genocidas como el dictador Jorge Rafael Videla --que fueron reveladas por otros integrantes de la "familia militar", como el mayor retirado Pedro Rafael Mercado, marido de Cecilia Pando. Sin embargo, no suele mencionar su participación en la obra que compiló Crinigan, que para la época de la publicación ya había sido procesado por los jueces federales Manuel Blanco y Ernesto Kreplak.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)
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Una embestida al proceso de memoria, verdad y justicia
La irrupción de Victoria Villarruel: una amenaza para los consensos democráticos
Hija dilecta de la familia militar, la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza llevó al centro de la escena el reclamo histórico de los represores de la dictadura.
Victoria Villarruel disfruta como pocos el lugar que supo conseguir en los últimos meses en la escena política nacional. Entrenada en defender hasta lo indefendible –como los crímenes de la última dictadura–, la candidata a vicepresidenta de Javier Milei se mueve de provocación en provocación y se entusiasma con poner en jaque los consensos que la sociedad argentina construyó durante los últimos 40 años. En poco más de una semana, la número dos de La Libertad Avanza (LLA) dio señales de lo que podría ser su agenda si su fórmula se impone en el balotaje con Sergio Massa y Agustín Rossi: la presentación de los represores como víctimas, darle otro destino al Espacio Memoria y Derechos Humanos que se montó en lo que fue el campo de concentración de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), la reivindicación de las fuerzas represivas y una eventual derogación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).
Abogada, 48 años, hija dilecta de la familia militar, Villarruel se presenta como la cara jovial del ultraconservadurismo. Su padre, Eduardo Marcelo Villarruel, se jactaba –en presentaciones ante sus superiores– de haber combatido a la subversión tanto en el ámbito urbano como rural. Ella elige no contar esa faceta y únicamente privilegia su paso por la guerra de Malvinas como número dos de Aldo Rico. En plena democracia, Villarruel encabezó un movimiento para negarse a jurar por la Constitución. El tío de la diputada nacional, Ernesto Guillermo Villarruel, fue parte de la estructura de inteligencia del Ejército y estuvo detenido por crímenes en el centro clandestino conocido como Vesubio. El abuelo materno de la candidata a vice, Laurio Destéfanis, fue uno de los historiadores más conocidos de la Marina y, según ella, estuvo amenazado por Montoneros durante la década de 1970.
En 40 años de democracia, Villarruel fue la única exponente de la familia militar que logró esa centralidad política. Ella elige narrar su militancia a partir de 2006, cuando quedó al frente del Centro de Estudios Legales para el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), que busca meter presos a los sobrevivientes de los años ‘70. Sin embargo, su activismo tiene antecedentes más transparentes de su afinidad con los represores. Antes, formó parte de la Asociación Unidad Argentina (Aunar) –definida abiertamente como procesista–, después estuvo en Memoria Completa y en Jóvenes por la Verdad, desde donde organizaba visitas al dictador Jorge Rafael Videla. Cecilia Pando dice que fue la propia Villarruel quien la llevó a la cárcel a conocer a los genocidas y la impulsó a conformar una asociación para defenderlos. Las fotos las muestran juntas marchando por una “Navidad sin presos políticos” –un eufemismo para referirse a quienes secuestraron, torturaron, violaron, asesinaron, desaparecieron y se apropiaron de los hijos de sus víctimas.
Villarruel cosecha desde hace tiempo vínculos con la ultraderecha internacional. Preside una fundación, Oíd Mortales, que es parte del ecosistema de Vox. Oíd Mortales es, además, un nuevo sello de una organización que fundó un teólogo que se desempeñó en la SIDE de Videla y que reivindica los valores tridentinos, es decir, los que se oponen al Concilio Vaticano II.
La posibilidad de que Villarruel --que ahora consiguió línea directa con Mauricio Macri-- se convierta en la vicepresidenta de la Argentina genera preocupación entre los organismos de derechos humanos. Milei ya ha dicho que las áreas de Seguridad y Defensa quedarán bajo la órbita de su compañera de fórmula. Ella también deslizó públicamente que debería hacerse cargo de la inteligencia.
“Es fuerte para quienes venimos pidiendo memoria, verdad y justicia lo que implica que llegue al gobierno alguien que legitima la violencia estatal extrema como Villarruel lo hace”, dice Paula Litvachky, directora ejecutiva del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). “Esto tiene derivaciones hacia el pasado --con una relectura de los crímenes de estado como reivindicación de la 'guerra contra la subversión'-- e implicancias en este momento. Nos pone en alerta si consideramos las declaraciones que vienen formulando ella y Milei sobre quienes reclaman derechos o sobre los conflictos sociales que derivarán de las políticas de ajuste. Esas expresiones tienden a identificar a cualquier disidente como enemigo u opositor al régimen, inclusive caracterizado a veces como comunistas –en lo que puede leerse como una resignificación de la Doctrina de Seguridad Nacional”.
Villarruel no esconde su encono con el movimiento de derechos humanos: llegó a llamar “siniestro personaje” a Estela de Carlotto o a decir que las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo “no son blancas palomas”. Se avizora un horizonte de conflicto. “De lo que podemos estar seguros es que ellos no van a querer tener ningún vínculo con los organismos de derechos humanos porque han dicho que ‘representamos a los terroristas’, que es mejor que no existamos o que todo lo que venimos diciendo es falso o un engaño. Un potencial gobierno de LLA no va a permitir la posibilidad de tener un intercambio. Obviamente nosotros vamos a pelear contra las políticas que impliquen una violación de los derechos humanos”, afirma la directora del CELS.
La reina de los dos demonios
En 2018, el sociólogo Daniel Feierstein publicó el libro Los dos demonios (recargados) en el que advertía sobre un fenómeno que había tomado envión en los últimos años: la vuelta de la teoría de los dos demonios. A diferencia de los ‘80, la equiparación entre el accionar estatal y el de los grupos insurgentes ya no se usaba para justificar el enjuiciamiento de los perpetradores, sino para buscar llevar a juicio a quienes habían militado y sobrevivido en los años ‘70. Detrás de esa operación, hay –para Feierstein– otra mayor: la relegitimación de la violencia. Villarruel es la persona que mejor encarna esa estrategia, que incluye también la apropiación del lenguaje de los organismos de derechos humanos.
Guadalupe Godoy encontró que Villarruel figuraba en las notas que tomó Miguel Osvaldo Etchecolatz para diseñar su estrategia de defensa en el juicio que debió afrontar en 2006. También la halló como visitante de Norberto Cozzani, la mano derecha de Etchecolatz en la Bonaerense –y después, también.
“El modelo que propone LLA requiere de un Estado represor, y, en esto, Villarruel va a tener un rol preponderante porque representa la alianza, por un lado, con el sector militar y los aparatos de seguridad y, por otro lado, con los sectores procesistas”, dice Godoy, abogada querellante en La Plata. “En materia de memoria, verdad y justicia, seguramente ya tengan acordado un indulto o una amnistía para condenados y procesados y, por otro lado, van a realizar una ofensiva para el juzgamiento de lo que ellos denominan el otro demonio”, añade.
El jueves, Villarruel cerró una entrevista en TN con una advertencia: “Quiero que todos los terroristas vayan presos”.
La política como venganza
“Villarruel cristaliza el avance de un conjunto de voces muy vinculadas con la dictadura y contra el proceso de justicia democrático, voces que vienen agrupándose desde hace décadas. El gobierno que dio el primer puntapié para que estos grupos se expandieran al centro de la escena pública fue el de Macri, no casualmente hoy el personaje que hoy está detrás de LLA”, dice la socióloga Paula Canelo.
Macri –a través de su entonces secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj– le otorgó entidad a Villarruel para discutir lo sucedido en los años ‘70. Después, ella logró capitalizar ese espaldarazo con una presencia casi constante en el programa de TV Intratables. “La irrupción de estos grupos minoritarios, reivindicando consignas antidemocráticas, generó un posicionamiento de tipo defensivo de las memorias hegemónicas basadas en Memoria, Verdad y Justicia. La reacción defensiva fue muy fuerte porque las demandas de estos grupos minoritarios fueron una amenaza muy sorpresiva y muy directa a los consensos que se habían construido y defendido durante tanto tiempo. Visto desde hoy, hubiera sido recomendable neutralizar esa llegada al centro de la escena pública por parte de una defensora de represores condenados, porque entonces era fácilmente desarticulable desde argumentos de verdad construidos laboriosamente durante 40 años”, afirma la investigadora del Conicet. Ahora, Villarruel cuenta con otra legitimidad: la del voto –que en 2021 la llevó a la Cámara de Diputados y podría también catapultarla al gobierno nacional.
“Lo preocupante de Villarruel es que, y esto me parece que lo comparte un poco con Macri y con Milei, es que conciben la política no como una herramienta para generar el bienestar de las mayorías, sino como un instrumento para saldar venganzas o reivindicaciones que son personales. Esta forma de ver la política limita enormemente a la candidata a vicepresidenta, es su talón de Aquiles”, añade Canelo, que ya durante el gobierno de Cambiemos había advertido sobre una derechización de la sociedad argentina.
“A mí me parece que la pregunta que nos tenemos que hacer todos –sugiere la autora de El proceso en su laberinto– es si queremos que sea nuestra vicepresidenta una persona que está buscando simplemente la realización de los intereses y objetivos de una porción muy minoritaria de nuestra sociedad, protagonista de uno de los períodos más terroríficos de nuestra historia, grupo que además fue juzgado con todas las de la ley y condenado por la justicia democrática por la comisión de los crímenes más aberrantes que los argentinos y argentinas hayamos cometido”.
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"Jamoncito", el curioso apodo de Victoria Villarruel a Javier Milei que se volvió viral
La vicepresidenta dio su primera entrevista desde que asumió y habló de su vínculo con el Presidente a quien le puso un apodo que generó cientos de memes.
Villarruel hizo hincapié a su relación con Javier y Karina Milei, tras días de rumores que estaría tenso el vínculo entre el mandatario y su vice. También, se refirió a la hermana del Presidente a quien tildó de tener “carácter”.
En este sentido, la presidenta del Senado comentó: “Las dos somos bravas, pobre jamoncito”.
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Una nueva diferencia entre Milei y su vice
Victoria Villaruel y sus tuits contra "los aplaudidores del nefasto Menem"
Antes de formar una alianza con el líder de La Libertad Avanza, la abogada negacionista hizo un extenso hilo en el que criticó al expresidente por razones que van desde la voladura de Río Tercero y el encubrimiento del atentado a la AMIA hasta la eliminación del servicio militar obligatorio y la reforma constitucional de 1994.
Hace solo cuatro años, la vicepresidenta Victoria Villaruel recordó a Carlos Menem para un 14 de mayo. "A los aplaudidores del nefasto Menem agarren un libro de historia, uno al menos", los apuró antes de abrir un hilo con acusaciones sobre la AMIA, la política diplomática sobre las Islas Malvinas, la voladura de Río Tercero y la reforma de 1994. Un año y medio después de ese tuit, fue electa como diputada para acompañar a Javier Milei en las dos primeras bancas que La Libertad Avanza ganó en el Congreso. Hoy, cuando Milei homenajeó a quien fue para él "el mejor presidente de la historia", Villaruel mantuvo el silencio en sus redes y faltó al acto en Casa Rosada.
"A los aplaudidores del nefasto Menem agarren un libro de historia, 1 al menos. Encubrió el atentado terrorista a la AMIA. La mayor cesión territorial de nuestro país fue en su gobierno con el Acuerdo de Madrid. No vetó la ley de indemnización a los terroristas q hasta hoy pagamos", fue el primer mensaje de Villaruel aquel 14 de mayo de 2020.
La relectura del hilo de tuits marca no solo el silencio de la vicepresidenta sobre las diferencias que guarda respecto de la figura de Menem ante un presidente que lo enaltece --hoy con un busto, el 8 de marzo con su imagen en el Salón de los Próceres, que reemplazó al Salón de las Mujeres-- y que establece lazos estrechos con su familia, con Martín Menem como presidente de la Cámara de Diputados.
También marca diferencias respecto de otros ejes del gobierno de Milei. En aquel primer posteo de 2020, Villaruel marcó como antecedente "nefasto" que Menem "no vetó la ley de indemnización a los terroristas". Este mediodía, en el homenaje al ex presidente, Milei tomó un particular pasaje de su vida, el de que lo tuvo como preso político durante la última dictadura cívico-militar.
"Fue privado de su libertad desde 1976 a 1981. Estuvo preso en un barco, en Magdalena, en Mar del Plata, Tandil y Las Lomitas. Varias veces al borde de ser desaparecido. Pero tuvo la custodia de su ángel de la guarda, su hermano, Eduardo", recordó Mieli, entre lágrimas, y dirigiéndose al ex senador, hermano del ex presidente y padre del actual presidente de la Cámara baja.
Villaruel ha denunciado también el encubrimiento "al atentado terrorista de la AMIA", pero Milei destaca a Menem, que enfrentó una causa judicial por el encubrimiento del ataque a la mutual judía en 1994. El ultraderechista, además, responsabiliza a Irán del atentado, dejando de lado la pista Siria.
La vicepresidenta también era crítica del acuerdo firmado por la gestión Menem con el Reino Unido en Madrid. "Éstos q ocupaban Malvinas y 3 millas alrededor, hoy invaden y explotan las Islas y 200 millas, crearon 1 reserva de 1 millón de km2, reivindican derechos sobre la plataforma continental y la Antártida Argentina y quiebran todas las Resoluciones de la ONU", escribía indignada en 2020 y agregaba cómo la "venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia" era parte de una jugada contra Perú, único aliado de Argentina durante la guerra de Malvinas.
A pesar de eso, el posicionamiento diplomático argentino se acerca a aquel del menemismo. Como mencionó la canciller Diana Mondino en varias oportunidades, se trata de una relación en la que Argentina está dispuesta a reconocer la "autodeterminación" de los kelpers y de dejar a un lado el reclamo soberano para abrir la agenda referidad a los negocios. Posiciones repetidas en el encuentro de Milei con el ministro de Exteriores David Cameron en Davos y tras el viaje del mismo Cameron a territorio de Malvinas.
Otro punto de contraversia, sobre el que la propia Villaruel se desdijo durante la campaña presidencial, es el servicio militar obligatorio, que Menem eliminó tras el caso Carrasco. "Puso fin al servicio militar obligatorio. Porque conste q los aplaudidores de Menem quieren servicio militar, pero aplauden al que lo eliminó. Privando al país de que sus ciudadanos fueran formados en la Defensa y logrando q generaciones posteriores de hombres (y mujeres) sean unos llorones", sostenía, en 2020, la vicepresidenta.
Una de las pocas críticas hechas por Villaruel a Menem en las que la gestión de Milei podría verse reflejada es la de la reforma constitucional de 1994. El punto crítico que cuatro años atrás marcaba la vicepresidenta era que por "Menem y Alfonsín cuando un mapuche usurpa tierras está habilitado por sus derechos originarios". Esta idea de considerar a los pueblos originarios como intrusos es una bandera de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y la comparte con aliados como Miguel Ángel Pichetto.
Por último, entre las respuestas a esa larga cadena de desacreditó al "mejor presidente de la historia", Villaruel rechazó hasta las privatizaciones, que por estas horas vuelven a ser objeto de debate en la Cámara que ella preside.
"Estuve trabajando, pero da para pasarse horas y horas", le respondió a un usuario que le pedía recordar las privatizaciones encaradas por el recordado Roberto Dromi, abogado que fue tentado por La Libertad Avanza para sumarse a la gestión. Entre las respuestas, Villaruel tambiéne tilda de "delincuente" a Menem y critica la Ley de Educación Superior; tema que volvió a la agenda en la reciente marcha universitaria del 23 de abril.
A pesar de las marcadas diferencias entre la vicepresidenta y el presidente Milei, Alberto Kohan, el ex secretario de la Presidencia de Menem, se encargó esta tarde de minimizar los dichos de Villaruel. "La conozco y la respeto. Tiene una posición muy clara respecto a una serie de cosas y me parece muy bien. Tenemos que empezar a respetar las opiniones de los demás, más allá que nos gusten o no", dijo Kohan, en diálogo con Radio Con Vos, tras el acto en Casa Rosada. Y puso por encima de esas diferencias la política económica, el alianeamiento con Estados Unidos.
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