Con mucha tristeza e indignación, inicio este Tema para registrar, momento a momento, la catástrofe que significará para mi país el gobierno del enajenado mental que comenzará este domingo 10.
En su despacho de la Casa Rosada, el Presidente conserva un afiche de la Dama de Hierro
Milei, las Malvinas y el poster de Thatcher
En lo que fue su primera entrevista tras el paro de la CGT, el Presidente trató de minimizar la huelga de los trabajadores, al comentar que fue "un fracaso absoluto". Margaret Thatcher, Ronald Regan y Carlos Menem, los políticos que destaca en su despacho.
Maldita rata inmunda
En lo que fue su nuevo reportaje con la prensa extranjera -tras hacer agua ante las preguntas de la periodista de la BBC- Javier Milei volvió a ser retratado de cuerpo entero: es que, en la exclusiva con el diario El Mercurio,se volvió a evidenciar su idolatría por Margaret Thatcher, al punto de colgar un afiche de la Dama de Hierro británica en su despacho. Ocurrió en la misma en la que trató de corregir sus dichos sobre las Islas Malvinas, al considerar -esta vez- que planea abrir "una ventana" la Argentina pueda recuperar la soberanía de la Islas Malvinas por la vía diplomática.
"Las Islas son argentinas y están siendo ocupadas por el Reino Unido", dijo. Se trató de una aclaración a su propia declaración de hace menos de una semana, cuando había declarado a la BBC que ese territorio austral "está en manos del Reino Unido" y que el canciller británico David Cameron "tiene todo el derecho" de viajar a las islas sin autorización de las autoridades argentinas.
"Consideramos que eso se tiene que resolver por la vía diplomática, con el modelo que utilizó China en el caso de Hong Kong. ¿Entonces, se puede resolver? Bueno, va a demandar años, pero me parece valioso resolverlo por la vía diplomática. Y en algún momento puede haber una ventana para que se pueda hacer y en otros no. Digamos, si hoy no se puede hacer, hay otras cosas en las que podemos trabajar", comentó Milei en su último reportaje.
CGT, periodismo y Lionel Messi
Otro de los pasajes de la charla del Presidente con periodistas chilenos fue la reflexión presidencial sobre la huelga general que llevaron adelante, el jueves pasado, cientos de miles de trabajadores. "A pesar de que lograron sumar en las filas sindicales que protestan al transporte, con lo cual le impiden a la gente ir a trabajar, a pesar de ello, la gente salió", opinó Milei, en contraste con las postales de distintas ciudades del país, con calles vacías y persianas cerradas.
Además, el jefe de Estado describió a la huelga general, la segunda desde que asumió en diciembre de 2023, como "una medida violenta". En este caso, no hubo repregunta de por qué, en 2018, el propio Milei apoyó y acompañó la huelga de la central sindical contra el gobierno de Mauricio Macri.
Por su parte, volvió a criticar al periodismo -"jugaron un rol político muy fuerte y había un hostigamiento grosero hacia mi persona", se quejó- y no tuvo pruritos para definir que "Occidente" está en peligro por las ideas de la izquierda. “La única izquierda buena es la de Messi, lo demás es todo descartable”, ironizó Milei.
El imbécil y retrasado mental de Milei admira al mamarracho de Carlos Saúl Menem, lo eleva a la altura de un prócer, descubre un busto y hasta llora al recordarlo.
PA-TÉ-TI-CO
Acto en Casa Rosada: elogios a las reformas neoliberales y defensa de los indultos
El sueño menemista de Javier Milei y un homenaje a la década del 90'
"Les duela o no, ha sido el mejor presidente de la historia", dijo el libertario tras descubrir el busto de Carlos Menem en el Salón de Honor de la Casa de Gobierno. Participaron familiares, amigos y exfuncionarios del exmandatario.
A diferencia de Mauricio Macri y la cohibida tribuna de nostálgicos menemistas, Javier Milei no oculta su devoción por Carlos Menem. Lo dice abiertamente, lo toma como referencia e incluso lo reivindica sin matices: desde el modelo económico y la conducción política hasta el indulto a los genocidas. En un sentido homenaje que le brindó ayer en la Casa Rosada, el libertario describió al exdirigente peronista como "un líder superlativo" y se mostró orgulloso de cumplir su legado. "Fue el mejor presidente de la historia", sentenció, al recordar --con lágrimas en los ojos-- su extensa trayectoria. Con un nudo en la garganta, el libertario también contó que el exjefe de Estado le auguró en 2019 que algún día ocuparía el sillón de Rivadavia.
La colocación de un sonriente busto de Menem en el Salón de Honor de la Casa de Gobierno fue el escenario que Milei utilizó para defender las reformas neoliberales de la década del 90' y de hoy. El tributo, a 35 años del triunfo electoral de 1989, congregó a familiares, amigos y exfuncionarios del riojano con integrantes del actual gabinete. Por la alfombra roja del Palacio de Gobierno, personajes de antaño como "Zulemita" Menem, Carlos Corach, Alberto Kohan y Carlos Ruckauf intercambiaron palabras, besos y abrazos con Karina Milei, Guillermo Francos, Sandra Petovello y Martín Menem, entre otros. La previsible ausencia de Victoria Villarruel no pasó desapercibida. Nadie se olvida que la vicepresidenta calificó de "nefasto" y "delincuente" al exmandatario y mandó a sus "aplaudidores" a leer libros de historias.
El último en llegar al acto fue el primero en ser saludado por Milei. Ni bien ingresó al salón, el Presidente estrechó su cuerpo con el de su exempleador, el empresario Eduardo Eurnekian. Luego fue a buscar a "Zulemita", la encargada del evento y de filtrar las más de 80 invitaciones que se cursaron. "Quiero agradecer desde lo más profundo de mi corazón que finalmente se concrete", dijo tras descubrirse el busto de su padre, a quien definió como un "caballero de la política". Estuvo acompañada por su pareja, el expresidente de River, Rodolfo D'Onofrio. Su madre, la exprimera dama Zulema Yoma, no pudo asistir por problemas de salud.
Minutos después habló Eduardo Menem. El exsenador se ocupó de resguardar la figura de su hermano frente a las múltiples acusaciones de corrupción. “Nunca tuvo una condena firme hasta el día de su muerte”, remarcó respecto a la docena de denuncias que acumuló en sus dos presidencias; la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia y el encubrimiento del atentado a la AMIA, entre otras. En ambas terminó absuelto. Sí fue condenado por el pago de sobresueldos a funcionarios y la venta a "precio vil" del predio de la Sociedad Rural.
La revancha menemista
Por si quedaba alguna duda, Milei ayer lo volvió a dejar en claro: no pretende ser el "segundo tiempo" macrista, sino la revancha menemista. Cuando rememora al riojano, se ve reflejado. "Su primer cargo público fue gobernador, no tuvo escala previa en el Estado", subrayó y lo incorporó a su relato anticasta. "Fue del sector privado a la gobernación. Ese es el detalle que más lo distingue respecto al 99 por ciento de los políticos de esa época", agregó. En el juego de las supuestas similitudes con su carrera política, Milei también destacó que Menem recibió "una catástrofe hiperinflacionaria" y que en 1999 "entregó un país ordenado, estable y con un PBI per cápita 60 por ciento más alto". Dato más, dato menos, es el destino que el libertario anhela para el final de su gestión. En el tramo de la herencia, sin embargo, evitó referirse a los altos niveles de desocupación y precarización laboral, al feroz endeudamiento externo y a la bomba de tiempo que implicó la convertibilidad.
En el plano internacional, el Presidente resaltó la política de relaciones carnales con Estados Unidos y aseguró que en esa década la Argentina se ubicó entre "los protagonistas emergentes de la nueva globalización". Asimismo, afirmó que en 1994 Menem "modernizó las instituciones a través de la Reforma Constitucional más consensuada de la historia" y que lideró el país con "audacia, intuición y pragmatismo". Se tomó, además, unos minutos para defender las privatizaciones. “Frente a las críticas y el tema de la joya de la abuela, y todo... son las críticas que hacen los mediocres para desprestigiar las cosas buenas que se hacen", dijo y concluyó: "Les duela o no, ha sido el mejor presidente de la historia".
A la sentencia, Milei intentó darle un “argumento científico”. Citó un estudio realizado por Gerardo Della Paolera, director ejecutivo de la Fundación Bunge y Born. Lo que omitió decir es que fue esa misma empresa la encargada de designar a los primeros ministros de Economía menemistas: Miguel Angel Roig y Néstor Rapanelli.
Olvido y perdón
Entre elogio y elogio, Milei dedicó un tramo de su discurso a reivindicar el indulto de Menem a los genocidas. Recordó que estuvo preso durante la dictadura y que los militares le prohibieron un pedido especial para ir al velatorio de su madre en La Rioja. "La persona que se lo niega fue el general (Albano) Harguindeguy", mencionó, para después destacar que el primer indultó que firmó el expresidente fue justamente al exministro de Interior de Jorge Rafael Videla. "Para él, lo más importante era pacificar a la Argentina, eso estaba por encima de las cuestiones personales. Ese era Menem", concluyó y despertó el furioso aplauso de los invitados.
El presagio de Carlos
A modo de anécdota personal, el libertario narró un momento de intimidad que vivió con el expresidente. Contó que a raíz de los elogios que le dispensaba en televisión, Menem lo invitó a su casa, lo saludó "con mucho afecto" y le lanzó un presagio: "Me dijo: 'vos vas a ser presidente de la Argentina, pero lo vas a hacer mejor, porque vos no solo tenés la intuición y el coraje, sino que tenés el conocimiento'”. Según el relato de Milei, él le contestó que "odiaba la política", a lo que el riojano le retrucó: “Vos escúchame, nunca me equivoco”.
El augurio de Menem se cumplió y el sueño menemista de Milei está en marcha. El revival, sin embargo, no será sencillo. A diferencia de hace tres décadas, las reformas neoliberales no cuentan hoy con el paraguas del PJ, las mayorías parlamentarias ni el acompañamiento de dirigentes sindicales. Otro dato no menor es que Milei tampoco es Menem.
De viaje por España, el Presidente busca posicionarse como un referente internacional
Javier Milei y el club de amigos de la ultraderecha global
El libertario participará este domingo de una cumbre organizada por Vox y se cruzará con sus aliados internacionales.
El Diablo los cría y el viento los amontona
A Javier Milei, evidentemente, recorrer el territorio nacional no lo cautiva. Desde que asumió como Presidente, muy pocas veces salió del Área Metropolitana de Buenos Aires: fue a Bahía Blanca, tras el violento temporal; a Ushuaia para reverenciar a la generala estadounidense Laura Richardson y a Mar del Plata para saludar a su expareja Fátima Flores; pero no mucho más. Por el contrario, el suelo internacional lo seduce. Desde que aterrizó en la Casa Rosada, salió del país en seis oportunidades y siempre con un mismo objetivo: posicionarse como un referente de la extrema derecha mundial. Este domingo, en España, el libertario cumplirá su día número 30 en el exterior, en una jornada que lo tendrá como figura central de un acto partidario de Vox. Su participación estelar, entiende, le servirá para seguir estrechando vínculos en el club de amigos de la ultraderecha global. "Estamos incomodando a los rojitos por todo el mundo", lanzó eufórico desde Madrid.
Si los pronósticos no fallan, las elecciones del 9 de junio para renovar el Parlamento europeo traerán buenas noticias a los aliados internacionales de Milei. Se estima que, en mayor o menor medida, las fuerzas políticas radicalizadas que lideran Marine Le Pen (Francia), Georgia Meloni (Italia), Santiago Abascal (España), André Ventura (Portugal) y Viktor Orbán (Hungría) crecerán en la Eurocámara. Acompañando el viento de cola extremista, el jefe de Estado argentino buscará subirse a la ola en la cumbre “Europa Viva 24” y hacer gala de sus credenciales: ser el máximo exponente de la ultraderecha en América Latina, butaca que en poco tiempo le arrebató a su socio brasilero, el pistolero Jair Bolsonaro.
En el Palacio Vistalegre, Milei formará parte del relanzamiento de Vox, que pretende realizar una demostración de fuerza tras la dura derrota electoral que sufrió el año pasado. Allí, el Presidente se cruzará con un conjunto de dirigentes que --sin ser ideológicamente homogéneos-- quieren barrera a la política tradicional con discursos ultraconservadores, autoritarios, xenófobos, antiderechos y antiambientales. “No son muchos los generadores de odio, pero hacen un enorme ruido y lo inundan todo", resumió la vicepresidenta española, Yolanda Díaz. "Nosotros representamos todo lo que ellos detestan y odian: el feminismo, la justicia social, la dignidad laboral, un Estado de Bienestar fuerte, la democracia", completó el mandatario español Pedro Sánchez.
Amigos con diferencias
El anfitrión de "Europa Viva 24" es el amigo personal de Milei, Santiago Abascal; un dirigente que ganó músculo a fuerza de fustigar a las autonomías regionales, la inmigración musulmana, la diversidad sexual y las políticas de género. “El matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer y eso es lo que hemos defendido desde el principio”, dice el exmilitante del Partido Popular, que se presenta como "un chico de pueblo" y promete -- en modo Donlad Trump-- hacer a "España grande otra vez"; augurio que también rememora el lema franquista "una, grande y libre".
El libreto económico de Abascal coincide en algunos puntos con la agenda libertaria de Milei: reducir masivamente los impuestos --considerados "abusivos" y "confiscatorios--, flexibilizar las condiciones laborales y, ante todo, priorizar las demandas del sector empresario. Sin embargo, difieren rotundamente respecto al comercio exterior, en donde el español plantea un modelo proteccionista que defiende a la industria nacional, a contramano del mandatario argentino que promueve una apertura irrestricta de las fronteras.
Milei y Abascal, además, tienen posiciones opuestas respecto al sentir nacional y al rol del Estado. En línea con Trump o Bolsonaro, el español sostiene un discurso fuertemente nacionalista, se abraza a los símbolos patrios y utiliza a la bandera de su país como liturgia partidaria. El argentino, en cambio, no expresa devoción por las tradiciones nacionales, sino más bien admiración por Estados Unidos e Israel. La mirada antiEstado del libertario también choca de lleno con las críticas de Abascal al "lobby globalista", tema clave en una cumbre que apunta contra la denominada "La burocracia de Bruselas”.
Los socios de Milei
En el congreso de Vox, Milei también coincidirá con la candidata a presidenta de Francia Marine Le Pen; el titular del partido Chega de Portugal, André Ventura; el ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel, Amichai Chikl, y el diputado chileno y líder del Partido Republicano, José Antonio Kast. En forma virtual participarán la primera ministra italiana, Georgia Meloni y su par húngaro Victor Orbán.
El vínculo con la jefa de Estado de Italia es particularmente bueno, al punto tal que conversaron telefónicamente luego del triunfo electoral del año pasado y ahora lo invitó a exponer sobre inteligencia artificial en la cumbre de G7, que se realizará en Borgo Egnazia entre el 13 y 15 de junio. Por esos días, el Presidente regresará a España. Una vez más, sin una agenda oficial, recibirá el premio del Instituto Juan de Mariana y no se reunirá con ninguna autoridad del Gobierno español.
No hay plata para obras públicas, no hay plata para Comedores comunitarios, no hay plata para enfermos oncológicos, no hay plata para mejorar las paupérrimas jubilaciones, pero...
¿Qué sucede en otros países cuando un presidente viaja a un acto partidario?
Viajes privados, dinero público
El viaje de Javier Milei a España desató la polémica. Las leyes de Reino Unido, Canadá y Australia, entre otros, obligan a los partidos políticos gobernantes a correr con los gastos de los viajes personales de los presidentes. En Argentina no existe una ley específica sobre el tema, pero quienes transitaron por la Casa Rosada sostienen que usar fondos públicos en beneficio personal encuadra en malversación de caudales públicos.
La consigna “con la nuestra”, tantas veces repetida por Javier Milei, aplica perfectamente a sus viajes privados, como el que realiza a España, en el que participa de un acto partidario de Vox, la fuerza de ultraderecha. En su carrera por la reelección, en 2019, la tesorería de la campaña de Donald Trump, tuvo que pagar 1.400.000 dólares por el uso del avión Air Force One, para participar de algunos actos en La Florida. Lo propio tuvieron que hacer Barack Obama por dos viajes en 2012 y antes George W. Bush en 2004. En todos los casos se utilizaron criterios discutibles: se calculó el costo del pasaje en primera clase o de un charter. Las organizaciones civiles siempre consideraron que el cálculo es bajo, porque un viaje presidencial implica el movimiento de todo el aparato de seguridad, no sólo en el viaje mismo. La cuestión no está planteada únicamente en Estados Unidos. Las leyes obligan a los partidos de un presidente a pagar los gastos en el Reino Unido, Canadá, Australia y muchos otros países. Incluso con términos más duros que los que rigen en la política norteamericana. La Argentina no tiene una ley específica, pero quienes transitaron por la Casa Rosada sostienen que encuadra en malversación de caudales públicos utilizar fondos que tienen un destino y se tuerce en beneficio personal.
Seguridad y excusas
Las normas generales admitidas por todos los países priorizan la seguridad presidencial: un mandatario no debe viajar en vuelos comerciales si tiene un avión oficial disponible. Es el caso del ARG-01, un Boeing 757-256, comprado durante el gobierno de Alberto Fernández. Además, debe tener la custodia y los acompañantes correspondientes. Es cuestión de seguridad del presidente pero también de los pasajeros de un avión comercial.
Sin embargo, las leyes y los códigos de la mayoría de los países impiden que un presidente utilice lo público en su beneficio personal, o sea, en una gira proselitista o partidaria. Es algo común en los países (Estados Unidos entre ellos) que admiten la reelección. Y también sucede en las elecciones de medio término. Los presidentes hacen campaña.
En una jugada de urgencia, ante los cuestionamientos, el vocero presidencial Manuel Adorni, adujo que habría una reunión con importantes empresarios españoles, algo que nunca figuró en los objetivos del periplo. A las corridas tuvieron que armar un listado y, por supuesto, los CEO de las compañías que tienen intereses en la Argentina tuvieron que hacerse presentes a las corridas.
Incluso esa alternativa está planteada en las normas norteamericanas: si un presidente va a un acto partidario, pero también se encuentra con el gobernador de ese estado o realiza cualquier actividad oficial, se hace un prorrateo: el partido político le paga al Tesoro una parte y el Tesoro absorbe el resto.
En Estados Unidos la norma se llama Hatch Act; en el Reino Unido la cuestión se rige por el Ministerial Code; en Canadá por el Conflict of Interest Act y en Australia el mandatario firma un compromiso de no usar los bienes del estado para actividades no-oficiales. En Alemania el Konrad Adenauer, que es el avión presidencial, es operado por la Fuerza Aérea y rige una prohibición de utilizarlo para vuelos que no sean oficiales. En Francia el avión presidencial se llama Cotam 001 y tampoco existe una norma escrita: se trata de parámetros de transparencia que todos los mandatarios cumplen. Lo mismo en España.
Cálculos flojos
Aún en esos países, se cuestionan numerosísimos aspectos de la operatoria partidaria de los presidentes. Por ejemplo, en Estados Unidos, Canadá y Australia se hace el cálculo del costo del vuelo en base a lo que vale la misma travesía en un charter, en avión equivalente. En el caso del vuelo de Milei a Madrid, los valores oscilan entre 237.000 y 257.000 dólares por tramo, o sea medio millón de dólares, sólo por lo que vale el vuelo. Ese medio millón no incluye, además, el costo del avión parado en Madrid durante tres días. Y ni hablar de los gastos de hotel del mandatario, su comitiva y su custodia; la movilidad, las comidas y todas las demás erogaciones.
En Estados Unidos hay planteos judiciales contra Trump porque, además de aviones, utilizó sus hoteles y resorts en los periplos partidarios. Por ejemplo, la residencia de Mar-a-Lago, en La Florida, se utilizó en viajes vinculados con actividades del Partido Republicano. Lo que se cuestionó fue que la custodia fue alojada a precios tres veces más altos que los habituales, pero la defensa de Trump alegó que eso era lógico porque la presencia de un presidente inhabilita el uso de gran parte del complejo. La causa todavía está en marcha.
Sin ley en la Argentina
Página/12 consultó con ex funcionarios de la Casa Rosada quienes afirmaron que, como ocurre en Europa, no hay ley específica en la Argentina sobre el uso privado de bienes del estado. Sin embargo, entra en juego la malversación de fondos, un delito que se comete cuando un funcionario desvía los bienes públicos en beneficio propio.
La doble vara de la derecha y de la justicia alineada con el macrismo queda al descubierto cuando el exvicepresidente Amado Boudou fue acusado de dádivas porque viajó a Necoechea en un avión y un helicóptero privado para participar de un acto partidario. A Boudou incluso le prohibieron salir del país por ese expediente, en el que -según declaró- ni siquiera conocía a los empresarios dueños del avión y el helicóptero. La causa se inició en 2011 y se cerró en 2018, o sea lo mantuvieron procesado siete años.
También hubo un largo proceso contra Cristina Kirchner por los viajes que llamaron “para llevar diarios a Santa Cruz” y que en verdad implicaban cambios de custodias y, sobre todo, la concreción de horas de vuelo del avión presidencial y la tripulación que, caso contrario, perdían la habilitación. Es un expediente que sigue abierto, pese a que fue archivado más de una vez.
Lo cierto es que hoy en día ni los fiscales ni los habituales denunciadores seriales ni los medios que hacían tapas con aquellas denuncias contra CFK se preocupan por el tiempo y el dinero que Milei gasta para promocionarse a símismo en el plano internacional. Después de hacer campaña alrededor de los gastos de la política o, mejor dicho, de la casta política, el libertario se despachó con varios viajes, consignados en este diario por el periodista Matías Ferrari.
Milei estuvo en Washington en febrero en la Conferencia Política de Acción Conservadora;
En abril fue a recibir el inexistente reconocimiento de Embajador internacional de la Luz
En mayo aterrizó en Los Angeles para el foro del Milken Institute, también vinculado a la derecha internacional.
La única denuncia que se conoce hasta ahora la presentó el dirigente de izquierda, Gabriel Solano.