El ocaso de la vida lleva a pensar, que un ser supremo rige al mundo, que tu mirada es la luz de un despertar maravilloso, que se compara con la gloria derramada…
Que la naturaleza provoca, la sensación sublime de tus labios rojos, de tus pasiones profundas; que asemeja la noche apresurada…
Con el rocío de las mañanas frías, que derrama la libertad cautiva, de tu cuerpo serenado, tu corazón herido; y la fortaleza de tus pensamientos…
Que cubren del candor las más bellas flores, como tu cabello cubre el rostro de la aurora, que nos lleva a contemplar la luna; y adorar la vida… |