CONSIGUE QUE TU MORADA TE HAGA FELIZ
(Amaya Ascunce)
La arquitecta Carmen Salas puede descubrir si a una persona le va bien en el trabajo o si tiene problemas de pareja, sencillamente observando su casa. Pero Carmen no es vidente. Desde hace diez años estudia una ciencia milenaria: el feng shui («viento y agua»), que asegura que mediante la distribución y los elementos decorativos en la vivienda podemos potenciar nuestro equilibrio personal.
A muchos puede que todo esto le suene a superchería pero, conociendo sus normas, comprendemos que muchas personas sensibles las cumplen de una manera intuitiva, ya que esta normas milenarias están asistidas, generalmente, por el sentido común.
¿Qué conseguimos con el feng shui?
A través de esta ciencia, si analizo una casa, veo un mapa de la situación en la que vive esa persona: puedo saber qué problemas tiene, qué cosas puede conseguir y cuáles no. Por eso, gracias al feng shui conseguimos eliminar muchos bloqueos personales.
¿Cuál es el primer paso a seguir?
Lo principal es deshacerse de todos los trastos viejos que no nos sirven. Por ejemplo, yo acabo de tirar muchos dibujos que tenía guardados, proyectos que no habían salido, y me he quedado sólo con una cuarta parte. Gracias a eso me acaba de entrar mucho trabajo nuevo. Estaba mentalmente muy ocupada con ese volumen de recuerdos. También con la ropa tengo una dinámica: por cada camiseta que me compro, tiro otra; una cosa entra, otra tiene que salir.
¿Qué parte de sabiduría popular tiene el feng shui?
Muchas personas disponen de una especie de feng shui intuitivo. Por ejemplo, las amas de casa conocen las necesidades del espacio que habitan. También sucede que hay gente que no sabe vivir su propia casa, como los que tienen un salón que nunca se utiliza. ¿Para qué tener un espacio sin usar? Mejor disfrutar de él a diario, y no únicamente tres veces al año.
¿La orientación de una casa define mucho su carácter?
Las estructuras de la vivienda, como puertas o escaleras, son inamovibles. Pero si la luz es de oriente o poniente, o si miramos al norte o al sur, esto acaba influyendo en nuestras vidas.
Objetos con poder
Espejos: dirigen la energía, pero no lo pongas en tu dormitorio porque te costará dormir.
Plantas: colócalas en las esquinas o en zonas en las que acaban muchas líneas (por ejemplo, un pasillo): conseguirás que recojan la energía y la recanalicen.
Tu vida y tus puntos cardinales
• Norte: las casas orientadas al norte suelen pertenecer a personas independientes y creativas (por ejemplo, artistas), pero nunca muy sociales. Será una vivienda en la que, por una razón u otra, nunca se concretará una fiesta. Tiene algo que hará que la vida social sea muy limitada.
• Sur: será un lugar de encuentro, un reclamo para la gente. Este punto cardinal se relaciona con las amistades y las relaciones sociales, con el reconocimiento, pero de una manera pasajera.
• Este: la luz que reciben estas viviendas es la primera del día. Son casas perfectas para los comienzos. Por ejemplo, resultan muy positivas para las personas que emprenden una iniciativa, una vida en común, una familia...
• Oeste: estas casas suelen estar habitadas por gente mayor. Su personalidad es romántica, placentera y agradable. Son perfectas para las parejas que llevan mucho tiempo juntas y para personas que quieren tranquilidad.