
Regresemos a lo básico.
La única razón por la cual una persona ha sido creada en este mundo es para darle una oportunidad de romper y transformar su naturaleza. Venimos programados mentalmente solo con el deseo de recibir para nosotros mismos y nuestra meta es convertir ese deseo en uno de compartir, amar y pensar primero en los demás.
Esto no sucede de la noche a la mañana. Toma un trabajo constante y conocimiento, cincelando cada día hasta que la transformación ocurra.
Hoy, haz lo opuesto a lo que quieras hacer. Cuando sientas el deseo de complacerte a tí mismo, busca otros a quien complacer primero. Y busca específicamente aquellos momentos de egoísmo, porque son esos pequeños momentos los que más cuentan

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