Reflexión ...
Uno de los grandes problemas de nuestro mundo moderno
es la falta de fidelidad.
Con una facilidad asombrosa nos cambiamos de marca,
de automóvil, de trabajo, etc.
Esto se extiende a la vida matrimonial en donde,
muchas parejas (incluso cristianas)
desde el momento de su matrimonio ya consideran
la posibilidad del divorcio olvidándose
de las promesas ante al altar.
Igualmente, muchos hermanos,
con facilidad se dejan conducir por doctrinas extrañas
olvidándose de las promesas bautismales
y del credo que durante años han recitado en la Eucaristía.
Y es que ser fiel no es fácil,
implica en ocasiones arriesgarlo todo.
Ser fiel a la palabra de Dios,
sobre todo en cuestiones sociales,
en nuestro testimonio diario, o en la vida matrimonial
puede implicarlo todo, incluso la misma vida,
como en el caso de Jesús.
Si algo se valora de un servidor es que éste sea "fiel",
que sea capaz de sostener la palabra dada
aún a costa de la propia vida.
Para ellos, para los que han sido fieles,
Jesús promete la vida que no acaba jamás.
Preparémonos para reafirmar nuestras promesas bautismales
en la Pascua.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida.
Abrele tu corazón.
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Autor-Ernesto María Caro
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