calaste muy hondo,
luego partiste
quedándote en mí.
Desde entonces
mi corazón navega sin rumbo,
cual barco que no tiene anclas
ni puerto adonde arribar.
A la deriva siento que va
libremente navega,
empujado por el fuerte viento
arrastrado por la corriente del mar.
Como el vaivén de las olas,
amores que van
amores que vienen,
ya nada es igual.
Cierro los ojos
acaricio mi piel,
me imagino eres tú
esa noche me amas a mí.
Anclada a tu amor
por siempre estaré,
muy lejos de mí
tatuado en mi ser.
autor desconocido