Si te estás sintiendo desanimando por pequeñeces,

dedica algo de tiempo y piensa en un par de cosas mirando las cosas desde arriba.

Cuanto más te conectes con la foto global, con la imagen completa,

menos posibilidades tendrás de quedar atrapado por

cada una de aquellas pequeñas frustraciones.

Si no tienes una idea clara de la dirección en la cual estás encaminándote,

los más pequeños contratiempos podrían explotar

en tus narices de manera totalmente desproporcionada.

Porque esas habrán sido las únicas cosas en las que habrás concentrado tu atención.

Pudiendo enmarcar cada uno de los hechos que se te presentan dentro

de una perspectiva más amplia, las pequeñas molestias,

frustraciones e incomodidades se convertirán, sencillamente, en eso: pequeñeces.

 Mira claramente hacia dónde te está llevando el camino,

y las rocas y piedrecillas sobre las cuales tengas que caminar no te molestarán.

 De hecho, hasta empezarás a valorarlas y agradecerlas.

Porque servirán para confirmar que realmente estás haciendo progresos.

Cuanto más alto apuntes la mira y con ella, tus acciones, más elástico serás.

Cuanto más positiva y plena de sentido hagas que resulte la foto

completa, más éxito tendrás al enfrentar los desafíos.

Mira la vida desde la más alta perspectiva que

tus pensamientos puedan alcanzar.

Y recorrerás el camino hasta allí con paso firme y decidido.