Como el aire que respiro, como una ola en el mar, como inventando un suspiro asi llegaste sin avisar.
Y desde el primer instante de aquel día que te conoci, se aceleró mi sangre, y hasta parezco principiante pero ese día, me enamoré de tí.
Ya no creia en nadie, y nadie creía en mi, pero en cualquier momento, se puede ser feliz.
Y pensar que yo un día, deseaba hasta la muerte, pensando que el amor para mi simplemente no existia, pero surgió un milagro al conocerte, y hoy yo daria todo por vivir.
Ya no me siento tan pequeño, qué maravilloso es soñar, y más hermosa es la realidad, pero si tan sólo es un sueño Dios mío, no me dejes despertar.
Autor: Rafael Reyes
|