El pavo es uno de los platos estrella de las Navidades y puede sorprendernos su origen americano y salvaje en los bosques en EEUU. En México el “guajalote” estaba domesticado y su desembarco en España vino de la mano de Hernán Cortés, pasó a denominarse “gallina de las Indias” con una rápida aceptación en la cocina europea extendida por los jesuitas.
Gracias a él se alimentaron los colonos ingleses del Mayflower cuando el último jueves de noviembre de 1620 arribaron a las costas de Massachussets y de ahí la celebración del Día de Acción de Gracias. Actualmente, con un consumo de cuarenta y cinco millones de pavos ese día, podríamos imaginar a EEUU como el mayor consumidor per cápita de pavo mundial, si no fuera porque el primer puesto lo ocupa Israel. En nuestros días la carne de pavo es aceptada como una carne sana ya que tiene un bajo contenido en grasa y alto en proteína.
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