CUIDADO CON LOS PENSAMIENTOS POSITIVOS.
Es muy común leer en los libros de auto ayuda “Hay que tener pensamientos positivos”. Nos instan a repetirnos “Voy a ganar”, “Voy a vender”, “Voy a…” como si fuera esa la llave del éxito. ¡Cuidado! Los pensamientos llamados positivos no son más que trampas de la mente, porque llevan dentro de sí la semilla de su propia negación. Detrás de una inocente apariencia de positivismo se esconde el más perjudicial negativismo. Si nos repetimos “Voy a ganar”, la mente subliminalmente va interpretando “Puedes perder”. Si nos repetimos “Voy a vender” es porque la mente acepta, subliminalmente, la posibilidad de perder esa venta.
¿Es que no debemos pensar positivamente? Debemos tener claro que la mente, nos guste o no, siempre está pensando, siempre está creando pensamientos, y a la mente no le interesa de qué signo son. Simplemente los crea. Justamente las actividades de Meditación llevan a aplacar esa carrera loca de la mente y a lograr ese estado de mente en blanco que nos hace descansar y luego trascender. Los pensamientos no son ni positivos, ni negativos, ni neutros. Son pensamientos, nada más.
¿Cuándo logramos ese estado de pensar “positivamente”? Solamente en una ocasión: cuando estamos viviendo plenamente el aquí y ahora. Cuando disfrutamos del hecho de ser y estar. Cuando nuestra mente esté lejos, muy lejos, de pensar en lo que fue -el pasado- y en lo que vendrá -el futuro-. En esos momentos, aquí y ahora, seremos todo lo positivo que querríamos ser. Y lo disfrutaremos y triunfaremos, ganaremos, venderemos. Si queremos ser positivos con nuestro pequeño hijo, no cometamos el error de pensar en el pasado o en el futuro mientras jugamos con él en nuestros brazos; pensemos solamente en él, dediquémonos a él exclusivamente. No cometamos el error de anular a nuestro pequeño en los momentos en que recibe nuestro cariño; le hacemos daño a él y nos lo hacemos a nosotros mismos. Y cuando estemos en pleno proceso de vender, pensemos en vender, en nada más. Verán que disfrutaremos de cada momento, y cada momento nos devolverá el favor con bendiciones.
¡Cuidado con los pensamientos positivos! Son trampas que nos tiende la mente.