Nosotros, los Ángeles
Drunvalo Melchizedek
Desde el comienzo de la civilización hace por lo menos 6.000 años en Sumeria,
los ángeles han desempeñado un íntimo papel en el desarrollo de la experiencia humana.
Se han descubierto relieves de ángeles en las antiguas ciudades
de Mesopotamia y fueron descritos en los cilindros cuneiformes
sumerios y en las tabletas de barro de los escritos más antiguos que se conoce hayan existido en la Tierra.
Los ángeles que han sido asociados con las religiones cristiana,
judía e islámica son una de las cosas en la que todas ellas concuerdan.
Los judíos incluso clasifican a los ángeles en 72 órdenes diferentes.
Y al otro lado del Océano Atlántico, en la Acrópolis de Ek Balam,
en Yucatán, pueden contemplarse relieves de ángeles labrados
por los antiguos mayas. De hecho, si nos expandiésemos sobre
el fenómeno de los ángeles en el Mundo Antiguo, los encontraríamos
incardinados en la civilización humana en un vasto rango de lugares y períodos de tiempo.
Así pues, hay evidencia histórica de que los ángeles,
o al menos las creencias acerca de ellos, nos han acompañado a lo largo de toda nuestra historia registrada.
Sin embargo, para mí no son una cuestión de creencias. Sé de su existencia con seguridad