CLIKEA LA IMAGEN
Entre la ceda y el vino
Entre la ceda y el vino había una bella flor llamada lirio. Brillaba con esplendor allí prendida bajo un bello sol.
Lentamente la acariciaba y con un fragante beso recorría casi todo su cuerpo mientras la sutileza de mis dedos descubría en aquel desierto el “oasis” de mi amada.
Y aquella flor de mi… estaba tan enamorada… Que me acostó en su lecho y lentamente sentía el peso por mi cuerpo y el tacto de sus pechos. Sentía su calor embriagándome do quier con sus suaves besos.
Hasta que rendido le suplicaba que no parara, mientras en éxtasis de mi “Oasis” agua brotaba…
Y ahora entiendo mucho mejor lo que hace un agricultor en cada uno de los surcos. Ahí va dejando sus semillas para seguir creando vida entre medio de dos puertas va saliendo ese “Phoenix” encendido en fuego…
Pero no, al placer reniego, para llevarlo un poquito más alto… Y así como cuando un velero con su suave viento va entrando en la bahía hasta encontrar y amarrar los cabos del puerto. Y allí arrejerado al muelle al son de cada ola dos seres se unen gentilmente hasta ese hermoso momento, toda, sola, se rinde mi amada… y, a mi éxtasis le rinde tributo con la delicia de sus frutos si esos que salen de su vientre. Hasta perdernos en la noche sin ningún reproche… Sólo el brillo de sus ojos me deja saber todo… Que ha triunfado y se ha confirmado una vez más… ¡Nuestro amor!
El Poeta Rascaso Playa de Fajardo Puerto Rico 3-26-08
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