Cómo entrenar la memoria sin esfuerzo
La memoria puede ser entrenada a través de pequeños
“trucos” dirigidos a mejorar la atención.
Uno de los problemas que llegan con los años, es la
dificultad para prestar atención a dos o más
actividades que se realizan al mismo tiempo.
Para registrar toda la información que nos llega, hay que:
Organizar una imagen visual del nombre u objeto que
queremos recordar.
Agrupar los recuerdos en listas de temas relacionados.
Utilizar ayuda-memorias, como agendas o anotadores. Con
ellos se pueden registrar fechas, datos, nombres importantes
que deseemos recordar y nos faciliten la planificación de
nuestras actividades.
Por ejemplo: usar reloj con alarma, un cordón para sostener
los anteojos, dejar las llaves en un lugar en particular
(y siempre en el mismo), utilizar un “timer” para cocinar
(como el de los hornos a microondas), tener una carpeta
especial para las cuentas a pagar, exponer las cuentas y
otras informaciones importantes a recordar en un lugar visible
(como en la heladera), tener siempre a mano un anotador
con los teléfonos de emergencia (o tenerlos pre-marcados en la
memoria del teléfono, y anotados los números respectivos
en el mismo teléfono), guardar los medicamentos en una
caja o en un pastillero, anotar las dosis diarias de cada
remedio en una libretita y tildarlos inmediatamente después de
tomarlas, etc.
Hallar una forma de relacionar el nombre con la persona o con
algún objeto que nos permita recordar o hacer asociaciones.
Cuanto más intensa sea la imagen que tengamos del nombre y
la persona, más fácil será recordarla.
Al conocer a una persona se puede:
- Hacer una pausa antes de darle la mano, y aprovecharla para
concentrarse, aclarar la mente y evitar las distracciones.
- Mirar a la persona a la cara
- Tratar de escuchar su nombre claramente, asegurándose
de no saludar a otra persona hasta entender correctamente
el nombre.
Fuente: Programa de Cuidados Informales para la Prevención de la Salud
en la Tercera Edad, de Arturo Sala y Mabel Núñez.

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