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NO OLVIDES TUS SUEÑOS Muchas veces las personas se sienten frustradas porque han abandonado sus sueños. Las circunstancias no ayudaron tal vez.. quizás quienes los rodeaban sólo tenían palabras de desánimo para ellos… Pero el mensaje de nuestro Padre es otro, èL nos dice en su palabra que “TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE” Para hacer real esa Palabra en nuestra vida, debemos tener FE, apropiárnosla… poniendo nuestra Fe en marcha.
EL HOMBRE ES SOÑADOR POR NATURALEZA
Nuestros sueños tienen un origen, no sentimos esa necesidad sólo porque sí… Hay sueños que Dios pone en nuestras vidas porque tienen que ver con su propósito para ellas. Hay un PLAN DE DIOS PARA NUESTRAS VIDAS. Ese plan se distorsiona debido a diversos factores, sociales, familiares, generacionales… Está en nosotros mismos “volver al camino correcto”… buscar de Dios. En Génesis 37:5 se menciona que José tuvo un sueño. Él se anticipó y se lo contó a sus hermanos, fue vendido como esclavo por su propia sangre. En ese instante seguramente su sueño se vio muy lejano. Pero José no perdió nunca su FE. Se mantuvo siempre alineado con el Señor, y ÉL respondió, levantándolo entre la gente de Egipto. A pesar de que fue acusado, estuvo preso… jamás dejó de creer. Fue allí en prisión que conoció al Jefe de los Coperos que lo llevó a estar cerca del Faraón. (Génesis 41:9-14). ¿Quién podría pensar que estar en ese lugar y en ese preciso momento sería de bendición para su vida? Por eso, imita a José… no mires las circunstancias, confía en el Señor con todas tus fuerzas. Porque NADA ES IMPOSIBLE PARA ÉL. Llénate de su Poder, de su Gracia, su Favor… y todas las cosas te vendrán a bien. Dispone tu corazón para lograrlo y no mires hacia atrás. Fija una meta y aférrate a las promesas de Dios para tu vida. Tampoco mires al costado… No importa si alguien más pudo hacerlo en más o menos tiempo… Dios tiene el tiempo indicado para cada uno. No sientas envidia si alguien lo ha logrado, sino aprende de él. Tampoco sientas orgullo si lo has alcanzado… Recuerda que Dios quiere corazones humildes… y la humildad es sencillamente RECONOCER A DIOS EN TODAS LAS COSAS AGRADECIÉNDOLE DÍA A DÍA todo lo que nos da. ABRE TU CORAZÓN… ELEVA TU ESPÍRITU… NO PIENSES MÁS… PÓNTE EN ACCIÓN DE LA MANO DE DIOS
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