PENSAMIENTOS POSITIVOS
El estrés dificulta tu paz interior, afecta tu salud, tu felicidad y tu vida. Para evitarlo, renuncia a querer lograr objetivos de manera acelerada y forzosa. Aprende a utilizar el tiempo en forma adecuada. Evita tensionarte por querer hacer varias cosas a la vez. No empujes el rio, déjalo correr a su ritmo. No te amargues imaginando futuros llenos de dificultades. Mira tus problemas con objetividad y hasta con buen humor y saca provecho de tus errores. La bondad del corazón abre muchas puertas. Si intentas ser ecuánime y justo, evitarás desorientarte y confundirte con prejuicios y te librarás de ser injusto en tus apreciaciones sobre los demás y en relación con sus actos. Si evitas descalificar a los demás te harás mucho más aceptable a ellos. Si te deshaces de resentimientos, actuarás con firme y segura esperanza, tu corazón será un remanso de paz y un delicado artesano para el bienestar de quienes te rodean y a quienes amas.
Reconoce el y el poder valor dinámico de la palabra. Que lo que digas sea verdad y que tus palabras sean las adecuadas, que reconozcan la dignidad humana y realcen los valores humanos. Utiliza tus palabras sólo para agradecer, para bendecir, para servir, orientar, aconsejar y promover acciones positivas de superación, crecimiento y armonía entre todas las personas. Descontamina tu palabra de mentiras, pues son una forma de violencia. Nunca utilices tu palabra con rudeza ni en forma grosera. Usa el poder de tu palabra sólo para dignificarte. Al despertar cada mañana, ofrece tu primer pensamiento al Padre Eterno y dale gracias por el nuevo día y por el regalo de la vida. Prográmate un día sereno, proponiéndote vivirlo en paz contigo mismo y en armonía con las personas a tu alrededor. Cancela todo sentimiento de rencor o resentimiento, para que no intoxiques tu espíritu. Disfruta de cada minuto y cada segundo, aprovecha la enseñanza valiosa que contiene cada día, búscala.
Trabaja con todo interés y atiende los problemas del momento, enfrentándolos como oportunidades de probar tu capacidad para salir adelante. No pases tus problemas a otros para ahorrarte el esfuerzo mental en su solución, pues actuando así, perderás una oportunidad de crecer, mejorar, experimentar y superarte. La vida trae cotidianamente algunos problemas, no te preocupes por ellos, ocúpate en buscarles soluciones apropiadas, se convertirán en importantes escalones para tu crecimiento y superación. Apoya a quienes veas desanimados, ten siempre una voz de aliento para quienes se sienten derrotados. Apoya con tus palabras a los desalentados para que les infundas capacidad de superar frustraciones y sobrellevar angustias. Si hay amor en tu corazón, podrás transmitir confianza, apoyo y esperanza. Tu puedes ser un sembrador de felicidad, de esperanzas y de objetivos nobles y altruistas, siendo ejemplo y promotor de actitudes positivas, nobles y de superación. No basta sólo con predicar y enseñar, debemos dar ejemplo. Como puede hablar de bondad y buen trato una persona egoísta y grosera? Como puede hablar de equidad y justicia una persona egoísta? Piensa en esto: “Nadie puede dar lo que no tiene”. Acércate a las personas a tu alrededor con un rostro que refleje tu paz interna. Habla siempre con palabras adecuadas, sin apresuramientos, sin gritos, con respeto por la individualidad de cada persona. Si tienes que regañar o reclamar, hazlo con voz calmada y sin ofender, así lograrás que te escuchen y te atiendan. Recibirás de las demás personas... exactamente lo mismo que les ofrezcas.

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