San Juan de la Cruz enseña que en nuestra caminata espiritual no debemos buscar visiones o repetir declaraciones de otros que ya recorrieron este camino.
Nuestro único apoyo debe ser la fe porque la fe es algo límpido, transparente, que nace dentro de nosotros y no puede ser confundida.
El escritor J. Mendiola cuenta que cierta vez estaba conversando con un padre y le preguntó qué era la experiencia de Dios.
“No sé,” respondió el padre. “Todo lo que tuve hasta hoy fue la experiencia de mi fe en Dios.”