Mirando las estrellas me di cuenta,
que en cada una de ellas existe un paraíso.
Mirándolas a ellas descubrí la infinidad
de cosas que perdemos.
Ellas que están allá, tan lejos de este mundo,
al menos sobreviven con su pequeño brillo,
y nosotros acá, llenos de momentos,
¡nos sentimos morir cuando algo se termina!
Mirando las estrellas comprendí el valor
que no damos a la vida.
Cuando esta sin querer nos quita cosas,
pensamos que es injusta y olvidamos que sin ella
no seríamos quienes somos.
Hoy, sin pensar, vi volar una estrella en su gran mundo.
La vi volar sin rumbo y la noté perdida.
Me di cuenta que a veces no solo en este mundo existe soledad,
que ellas también la sienten, como cualquier persona,
pero al menos siguen brillando, buscando una razón
para salir de ella.
En cambio acá, nosotros, pensamos que estar solos es el fin de la vida,
y nó nos damos cuenta que a veces la soledad nos ayuda
a encontrar respuestas que no estaban.
Mirando las estrellas pude ver,
que la felicidad llega en cualquier momento...
que todo se termina en este mundo,
hasta lo más hermoso, hasta lo más molesto y doloroso.
Hoy, mirando, una estrella, sentí el calor aquel,
del amor que se fue y descubrí que en ella
están los sueños, los besos y aquel tiempo que se perdió algún día.
Comprendí que el amor tiene un millón de vueltas,
que a veces nos sorprende, nos dá feliciadad
y a veces, se transforma en lo peor que hay.
Mirando una de ellas, crecí un poquito más
. Aprendí a sonreír y a ver la realidad,
mirando una de ellas, pude ver la verdad :
Que no sirve el ORGULLO cuando existe LA AMISTAD.
Que no sirve LLORAR cuando un amor se va.
Que no vale la pena, aprender a CALLAR.
Que no existen FRONTERAS cuando tenemos VIDA.
Y que... La vida lejos de JESÚS, es demasiado triste y sin sentido.
APRENDER A VIVIR, ¡ES LO MEJOR QUE HAY!