Miro aquel peñasco
azotado por el mar
el agua estalla en pedazos
creando dibujos en el tiempo
lo castiga, lo acaricia
con sus brazos de sal.
Agua encadenada a su
enigmàtico baile
como espejismo
acechando mi atenciòn.
Arriba el cielo descubierto
simple, desplegado.
Una gaviota vuela armoniosa
mis ojos la siguen
se pierde como un piropo
en la mañana azul ...