os que estudiaron el sistema aseguraron que el cambio se debió a Lawes.
Pero cuando le preguntaron acerca del cambio, esto fue lo que dijo:
“Todo se lo debo a mi maravillosa esposa, Catherine, que está enterrada fuera de los muros de la prisión”.
atherine Lawes era una madre joven con tres niños pequeños cuando su marido
entró como guardia en la prisión. Todo el mundo le advirtió desde un principio que
nunca pusiera un pie en esa cárcel, pero esto no detuvo a Catherine.
Cuando se llevó a cabo el primer partido de básquet en la prisión, ella fue...
entró en el gimnasio con sus tres hermosos niños y se sentó en las gradas con los internos.
u razonamiento fue: “Mi marido y yo cuidaremos de estos hombres y creo
que ellos cuidarán de mí. No tengo de qué preocuparme”. Insistió en familiarizarse con
ellos y con sus prontuarios. Descubrió que un condenado por asesinato era ciego,
y decidió visitarlo. Sosteniendo la mano del hombre en la suya le preguntó
“¿Sabe leer en Braile?”.
“¿Qué es Braile?”, le preguntó el hombre. Y así le enseñó a leer. Años más tarde,
él lloraría de amor por ella. Otra vez, Catherine encontró un sordomudo en la cárcel.
Fue a la escuela para aprender el lenguaje de señas. Muchos dijeron que Catherine Lawes era el cuerpo de Jesús que volvió a la vida en Sing Sing.
as tarde murió en un accidente de auto. La mañana siguiente,
Lewis Lawes no fue a trabajar, así que otro guardia tomó su lugar. Se notó al instante que la prisión sabía que algo andaba mal.
l día siguiente, su cuerpo descansaba en un ataúd en su casa, a tres cuartos de
milla de la prisión. Cuando el guardia de reemplazo daba su caminata matinal,
se sorprendió al ver una gran multitud de los criminales más rudos y fieros reunidos
como una horda de animales en la puerta principal. Se acercó más y vio lágrimas de
dolor y tristeza. Sabía cuánto amaban a Catherine. Se volvió hacia los hombres y les dijo:
“Está bien, hombres, pueden irse. ¡Sólo asegúrense de volver esta noche!”
Luego abrió la puerta y un desfile de criminales caminó, sin un solo guardia,
los tres cuartos de milla para ponerse en fila y tributar sus últimos respetos a Catherine Lawes.
cada uno de ellos volvió a la prisión. ¡Todos!
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