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Cierta mañana, mi padre me invitó a dar un paseo por el bosque y yo
acepté con placer.
El se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me
preguntó:
- Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?.
Agudice mis oídos y algunos segundos después le respondí:
- Estoy escuchando el ruido de una carroza.
- Eso es, - dijo mi padre. - Es una carroza vacía...
Pregunté a mi padre:
- ¿Cómo sabes que es una carroza vacía, si aun no la vemos?
Entonces mi padre respondió.
- Es muy fácil saber que una carroza esta vacía... por causa del
ruido. Cuanto más vacía la carroza, mayor es el ruido que hace.
Me convertí en adulto, y hasta hoy, cuando veo a una persona
hablando demasiado, inoportuna, interrumpiendo la conversación de
todo el mundo, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:
- "Cuanto más vacía la carroza, más ruido hace...".
Proverbios 10:19
En las muchas palabras no falta pecado, mas el que refrena sus
labios es prudente.
Proverbios 29:20
¿Has visto hombre ligero en sus palabras? Más esperanza hay del
necio que de él.
Eclesiastés 5:3
Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las
palabras la voz del necio. D/A
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