Un Dólar
Un joven predicador fue invitado a último
momento para que predicase un sermón
en la iglesia de su ciudad. Siguiendo un
impulso, usó como tema uno de los Diez Mandamientos: "No hurtarás". A la
mañana siguiente, subió a un autobús y
le dio al conductor un billete de un dólar.
El conductor le dio el cambio y él se
dirigió a la parte trasera del vehículo.
Echando un vistazo al cambio antes de
guardarlo en su bolsillo, el hombre
observó que el conductor le había dado
diez centavos de más. Su primer
pensamiento fue: La compañía de
autobuses no se dará cuenta jamás de
la pérdida de diez centavos.
Sin embargo, cambió de opinión
rápidamente, sintiendo en su conciencia
que los diez centavos no le pertenecían y
que los debía devolver al conductor.
Regresó al frente y le dijo al conductor:
" Usted me dio cambio de más",
y le devolvió los diez centavos.
Para su sorpresa, el conductor le contestó:
"Sí, lo sé. Lo hice a propósito. Escuché
su sermón ayer y lo estaba observando
por el espejo mientras contaba su vuelto".
El joven predicador había pasado la prueba
a la cual fue sometido por el conductor...
y dio un firme testimonio de su fe.
¡Que todos nuestros actos concuerden
así con nuestras palabras!
Mas vale el buen nombre que las
muchas riquezas.
Renuevo de Plenitud
Webset Copyright © 2008 ~ ISA ~All Rights reserved
|