A tí amor, que siempre has estado conmigo porque aunque aun no te haya abrazado nunca, has alimentado desde la hondura cálida de mi seno esa esperanza de tu llegada. Esta noche que aunque tal vez sea mágica por uan invención antigua que jamás sabremos si se basa en una verdad, quiero escribirte estas letras porque te siento un poco mas cerca. Allí, al fondo, no lo ves mi vida? detrás de aquellos jardines, tras sortear las laderas que le dan sombre con su fría presencia de roca impenetrable. Detrás de la claridad ahogada y la humedad del camino, cuando podamos volar, allí esta ese sol que nos acaricia y nos funde en uno. Detrás de esta distancia que nos separa, mi alma se licúa en un éxtasis eterno porque siento que seremos del otro, cada uno, en ese plenitud de los sentidos como sólo tu y yo sabemos amar. Que gran suerte la nuestra.. que regalo tan grande del cielo poseer esta pasión en nuestro sentir, en cada poro de la piel. Llegará ese día y entonces lo sabrás igual que yo lo sé hace tanto. No harán falta palabras, los gestos pasaran desapercibidos, no los recordaremos después... Tus ojos se encontrarán con los míos y de estos brotará la inmensidad de mi ternura, como inmenso es el mar; con su mismo sabor. No habrá ya mas soledad, no habrá ya mas frío, no habrá ya más dolor, ni habrá mas tin tí. No habrá tampoco más sin mí. La primera vez que le luna contemple un beso nuestro llorará porque el milagro de dos amantes para siempre vuelve a suceder ante su omnisciente mirada, otra vez, cuando ella temía por no volverlo a ver. Cada mañana, cuando mis ojos vean tu figura descansando a mi lado otra vez, nacerá un nuevo sueño. Que largo se me habrá hecho ese camino que es el sueño donde no te puedo tocar..!. Mi cuerpo habrá almacenado en sí el vacío de ti como almacena sed el paladar y la saciedad d etu cuerpo será mas dulce, más sutil, pero más exquisita. En cada estremecimiento de tu despertar yo encontraré una recompensa a mi cansancio, a este arduo camino que inicié al nacer sin saber entonces que mi único cometido es haberlo hecho para ser tuya. Yo sé, mi bien, que nacía para amarte. Yo sé mi amor, que el resto de mi vida hasta el momento en que florezca mi cuerpo al albergarte, no tiene importancia. Yo sé, que todo lo ocurrido en ella hasta el dia en que sienta entre mis pechos tu rostro, no es más que un vistazo efímero a los alrededores de este camino que me lleva a casa. Tu risa mi vida, tu risa es el bálsamo que hace menguar este cansancio. Tu voz es el abrigo que en las noches de fría interperie me cobija de la lluvia y el viento. Perdóname mi dueño, si alguna vez en mi peregrinaje me he desviado para que algún oasis me sirva de sustento sin pensar. Estas traicioneras bromas que el deseo sin conciencia le hace al corazón. Perdóname si alguna vez dejé que codiciaran sin mesura lo que nunca tuvieron. Jamás fui suya. Jamas mi flor se abrió hasta la total entrega.
Ya falta poco, ten cautela, pero no temor. Ten impaciencia, pero no desesperación. Disfruta el perfume de tu deseo, en ese aliento alterado que de tu boca escapa al pensar en mí. Sueña conmigo ahora que aun no me tienes a tu lado. Mira a tu alrededor, toca, bebe, saborea, oye. Pasea y contempla sin mí el mundo que te muestra sus colores sin tu amada, porque cuando yo esté a tu lado todo será distinto y nunca, nunca, lo recordarás como era antes. La felicidad tal vez no existe, pero por mis ojos, que garcias al cielo, al infierno o a ambos, existe la embriaguez del amor que no es que se viva sólo una vez, es que además solo la viven unos pocos.
Gozaré cuando me poseas, gozaré después, por sentir que has estado en mí y gozaré tu ausencia porque la ilusión de volverte a tener será tan tempestuosa, tan esperanzadora y tan intensa que podrá con cualquier vestido de la última despedida en que tus lágrimas se mezclaron con las mías. No tengas miedo, nada podrá evitar que sea tuya, siempre fuiste mío. No llores mis marchas porque siempre tendrán un regreso. Seré por momentos tuya y por momentos del mar. Por días de mi oscuridad y por noches de tu luz. Me iré para siempre de este mundo para esperarte en el otro o te irás para esperarme tú, pero la muerte entre nosotros nunca existirá, porque tú has sido mi sueño y yo he sido el tuyo. Eres mi paz, mi sosiego y la tempestad que los interrumpe. Eres ardor y frescor, eres sequía y agua, eres yermo y eres frondoso.. Eres el mundo y el vacío. Eres, lo que yo soy. Lo que creí que me faltaba en la ingenuidad que el miedo a veces da al ser humano. Porque en realidad nada me falta si tú existes, sin tí, exilio eterno del dolor; melífluo episodio interminable de mi mayor fe. Eres verdad. Tenía que pasar. Tenías que ser tú.
No se la mujer más bella la más afortunada del mundo, tampoco lo es la más inteligente. La mujer mas dichosa no es sino la que sabe amar más intensamente, aquella que sabe disfrutar de su propio corazón más que de ninguna otra cosa en la vida. Pero la mujer que ama intensamente no es común; es más mujer que otras, es más divina por tanto, es más exquisita en el besar; más diosa que mortal.
Trae un sello dentro de sí. Un estigma. Ella sabe como será su hombre desde siempre, pero lo tendrá que encontrar ella misma y ella misma lo reconocerá desdee el primer momento, confundiéndose muchas veces al poco. Él no será un hombre cualquiera sino un hombre como ella, un hombre infinito en el alma, interminable en la nobleza de corazón. El dueño de la verdad de su piel. Un hombre que nació para amarla como ella nació para amarlo.