Fuente:-mundocolores.com -
Roy estaba enojado. Caro, su hermanita, estaba jugando en la sala con su perrito nuevo, y el estaba de mal humor en su habitacion.
¡El no entendia por que, si Caro podia tener un perrito, el no podia tener un gatito! El papa cuando vio la cara triste de su hijo dijo:
"Roy, no tienes razon para comportarte asi. Tu tuviste la misma oportunidad de tener un gatito como lo tuvo Caro de tener un perrito.
Si hubieras cuidado tu pez dorado, te hubieramos permitido conseguir un gatito. En vez de cuidad tu pez dorado, dejaste de limpiar su pecera y de alimentarlo. Caro tuvo que encargarse de su cuidado".
--"¡Pero a mi no me gusta el pez dorado!", lloro Roy.
"No te tiene que gustar el pez", dijo el papa.
"Pero si tenias que cuidarlo bien si querias un gatito.
Si no te podemos confiar el cuidado de algo pequeno, ¿como podremos esperar que cuides de algo mas grande y mas complicado como un gatito?"
El papa se detuvo, luego anadio:
-- "¿Sabes?", a menudo asi tambien es como Dios obra".
"¿Que quieres decir?, pregunto Roy.
¿Quieres decir que no debo pedirle un gatito?".
"No, pero estoy diciendo que por norma general, Dios primero le confia a sus hijos tareas pequenas", respondio el papa.
"Yo conozco de personas que sonaban hacer cosas grandes para Dios, pero les hacia falta la disciplina para terminar las cosas pequenas, como leer la Biblia y orar, ayudar a un vecino, o hacer un trabajo ahi donde estaban.
Tenemos que hacerlo bien en las cosas pequenas ante de que Dios nos confie cosas grandes, como ir y salvar al mundo".
Roy penso en las palabras de su papa. Y despues de unos momentos dijo: "¿Papa?"
----"¿Si, hijo?" "¿Puedo tener de regreso mi pez dorado?", pregunto.
"¡Hummm!", dijo el papa con una sonrisa.
"Supongo que lo podemos traer de nuevo".
Me inclino reverentemente ante El Señor