Mira tu vida como una extensa
obra con diversos actores; entonces, perdona a cada uno y simplemente continúa
tu función.
Cuando nos estancamos y no nos permitimos perdonar y olvidar
lo que otros nos hicieron, entonces vivimos una media vida.
Es solo la
mitad, porque la otra mitad, la está viviendo toda la gente del mundo en que
existes. Cada uno de ellos, tiene algo que aportarte en tu crecimiento como ser.
Al reconciliarte con los demás, en realidad lo estás haciendo contigo
mismo. Estás abriendo una puerta y una ventana que son muy importantes para tu
progreso. Estás generando un entorno de armonía y bienestar y permitiendo que
otros también se reconcilien a partir de tu ejemplo.
El alma no està donde habita, sino donde
ama.