Violeta
Aromada de amor, dulce y discreta, escondida en la hierba y vergonzosa, nace al sol de febrero que la esposa, semioculta al abrigo de una grieta.
Eremita sin dueño y sin maceta, humildemente bella y olorosa, viene envuelta en verdor y es mariposa que aletea en los versos del poeta.
Ramillete de añil, flor de lo umbrío, pincelada de cielo y de dulzura sin aderezos casi, ni atavío.
Hoy puse en un jarrón tu esencia pura para empaparme en toda tu hermosura y soñarte alhajada de rocío.
Antonia Álvarez Álvarez
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