Sólo sus manos
Jennifer acababa de escuchar un informe
perturbador acerca de un aumento en los casos
de depresión entre las mujeres. El informe citaba
un incremento del alholismo relacionado con la
depresión y una mayor dependencia en las drogas
que requieren prescripción médica.
"Y, ¿qué estás haciendo al rcoespecto, Señor?"
--oró Jennifer. Pero mientras más lo pensaba, más
sentía que Dios le estaba pidiendo a ella que hiciese
algo. Sin embargo, todo lo que podía ver eran
sus propias limitaciones.
Para ayudarse a meditar sobre el asunto hizo una lista
de algunas de las razones que le impedían tomar acción:
timidez, temor de involucrarse, falta de tiempo, un corazón
indiferente, sensación de no ser adecuada,
temor al fracaso ¡una lista de cobardías!
Cuando terminó de hacer su lista era hora de recoger
a los niños en la escuela. Se puso su abrigo y fue a
buscar sus guantes. Los guantes estaban allí tirados,
flácidos e inútiles hasta que ella deslizó las manos dentro.
En ese momento se dio cuenta de que Dios no quería que
pensase en sus limitaciones. Más bien quería poner
Su poder en las manos de Jennifer y obrar por medio de
ella, tal como los guantes se hacían útiles
cuando ella entraba las manos.
¿Por qué nos sentimos inadecuados para la obra que
Dios nos ha dado? Él quiere amar a los demás
por medio de nosotros,
"según el poder que actúa en nosotros"
RenuevodePlenitud
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