~*~*~El arquitecto y sus obreros
A nadie le gusta que le exijan. Pero, ¿cómo explicar la necesidad de la firmeza?
Aquí tienen una manera clara y profunda de hacerlo. Esta vez la tomé de los labios de un viejecito que trataba de consolar a sus nietos después de una severa llamada de atención.
El arquitecto había proyectado un edificio espléndido. Hacía semanas que cientos de hombres acarreaban los materiales. La mejor madera de los bosques, gigantescos bloques de granito duro como el diamante, lastras de mármol escarlata como el sol del crepúsculo o verde como el jade más brillante, enormes monolitos de piedra...
Naturalmente para un proyecto tal, el emperador había elegido al mejor arquitecto de todos. Nadie hacía los planos como él. Nadie conocía mejor que él el misterio de los ángulos, de las rectas, o el arte de distribuir pesos descomunales sobre pilastras y columnas.
Pero el arquitecto era tímido y no quería contradecir a nadie.
- ¿Dónde colocamos el monolito? - le preguntó un constructor.
- ¿Dónde?... donde a ti te parezca bien - respondió el arquitecto que no quería quedar mal con nadie.
- Y las columnas... - le dijo otro trabajador - ¿Aquí están bien?
- Sí, sí, ¡por supuesto! - contestó el arquitecto a pesar de escuchar cómo retemblaban los cimientos.
- ¿Podemos poner el bloque de mármol encima del techo para que se vea bien? - le preguntó un albañil que no sabía nada de edificios.
- ¡Excelente idea! - repuso el arquitecto sin hacer mucho caso de los gemidos que ya se oían en las vigas.
El edificio quedó terminado y los constructores se decían:
- ¡Qué arquitecto tan simpático! ¡Qué amable! ¡Cuánto respeto tiene por nosotros!
- Es un gran hombre - dijo uno de ellos con solemnidad. Nunca he encontrado un arquitecto que tenga tanto respeto por nuestras opiniones. ¡Así tendrían que ser todos nuestros jefes!
Y mientras decían esto, el enorme templo se desmoronó y los sepultó a todos.
¿En qué construcción andas metido tú?
¿Los planes de tus padres?
¿La educación de tus hijos?
¿Tu futuro?
Antes de juzgar, no olvides la historia del arquitecto.
Es por eso que en sus jornadas de capacitación, Jesús insistía en la necesidad de combinar la ternura con la firmeza....
La historia nos lega dos lecciones claras: la necesidad de la firmeza en la defensa de unos valores que no se defienden por sí solos y la transcendencia del vinculo para el éxito en tal tarea. Aprendamos bien ambas.
~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~~*~*~
Hoy son los valores, por encima de supuestos equilibrios, los mas decisivos a la hora de forjar alianzas y de generar prosperidad en cualquier cosa que hagas. Lo descrito en esta historia es algo nuevo e inmenso y que sin embargo no estamos acostumbrados a considerar como habitual.
En este sentido, quisiera mostrar mi aprecio a la noble y esforzada tarea y labor que realizan tod@s aquell@s que han realizado y realizan el papel fundamental de guiar un equipo, de ser "Lider" o Jefe y que deben cada día luchar para situar a su grupo en la cima del éxito, o de forma definitiva, en el lugar que le corresponde.
La firmeza es un instrumento fundamental para el éxito de una misión, y puesto que no pueden ser objetivos ni metas diferentes para cumplir con una finalidad, resulta obvia la necesidad de proceder de acuerdo a la convicción y la seguridad de la certeza, para hacer frente a cierto tipo de decisiones. En muchos ámbitos la eficacia de la cooperación sólo puede lograr un éxito pleno si se realiza a conciencia y no a conveniencia, incorporando o valorando las opiniones en pie de igualdad junto de los aliados o compañeros pero de la mano con la experiencia y los conocimientos. A la hora de trabajar en equipo tenemos ante nosotros una oportunidad de enorme transcendencia que debemos saber aprovechar...
Si, la triste experiencia de los obreros y el arquitecto nos advierte del peligro que aun se encierra en los excluyentes y desobedientes, nos recuerdan que no podemos esperar sentados a ser obedecidos o guiados, sino que debemos estar preparados para actuar donde se precise para prevenir el daño y disuadir a un amigo o compañero de cometer un potencial, inminente y definitivo error...
Emprendamos conjuntamente una revisión de nuestras acciones y reacciones, que, a veces tan radicalmente, se han visto transformadas y afectan a otr@s o el resultados de unos objetivos comunes, que no por ser comunes se obtienen de la misma forma o de formas diferentes (como dicen cada quien tiene su forma de matar piojos..jajajaja). La seguridad y la firmeza ante los riesgos y amenazas de fallas o errores solo pueden construirse sobre unas bases compartidas y si no otorgamos una prioridad fundamental a luchar contra estos riesgos y buscamos la manera de actuar coordinadamente para prevenir su concreción, estaremos faltando a nuestra responsabilidad como integrantes de un equipo, como compañer@s, como guías, como lider, como jefe o como amig@s.
Cuando no te queda nada más que Dios,
es cuando te das cuenta de que Dios es
todo lo que necesitas.