Recordemos
que el aspecto vida de nuestra alma se encuentra precisamente y de
manera permanente, anclado en ese gran centro cardíaco, sede del amor
divino, sede de la mente superior, sede de la emoción superior.
El alma humana es el principio inteligente
El
alma humana puede ser considerada como el principio inteligente, la
mente superior y la mente causal, el principio cuya cualidad es
discernir, clasificar, incluir, excluir, dirigir, aceptar, rechazar. El
alma es una entidad de luz pura contenida dentro de una materia física.
Durante
todo el período de la vida, el alma es una entidad de luz que colorea
la forma y dirige todos los aspectos durante toda esa vida de ese ser
que llamamos humano.
El reconocimiento de los tres aspectos del alma.
El
alma es una entidad de luz que contiene una vibración inteligente y
determinada, y que distingue, según su cualidad, a cada uno de los
componentes de la raza. Debido a estas cualidades inherentes al alma, ésta reconoce tres aspectos o componentes distintos: la capacidad a
través del alma de reconocer a Dios, la capacidad de reconocer al grupo
al cual pertenece, y la capacidad de reconocerse a sí mismo cuando esta
alma humana reconoce a Dios.
Cuando el alma reconoce a Dios
En
su apreciación a nivel humano, produce su desarrollo en esa línea y se
encamina a su propio progreso que lo elevará y lo superará, si no
apareciera o aparece en el camino hacia la ascensión, obstáculos que
pudieran significar desviación de ese camino.
Cuando el alma reconoce a su raza
Cuando
reconoce al grupo al cuál pertenece, al mismo tiempo es consciente y se
encamina en la forma que puede, hacia los aspectos del amor, de la
unión y del servicio hacia los de su raza.
Cuando el alma es consciente de sí mismo
Cuando es consciente de sí mismo, pasa por una etapa necesaria para al superarla poder tener acceso a las etapas más elevadas.
Este
desenvolvimiento e inspiración hacia buscar la unidad, el universo, la
vida una, el sistema solar, el sol, etc., será la respuesta lógica del
esfuerzo producido por poner sus ojos y su interés en esos aspectos
elevados. Cuando el alma humana nuestra se reconoce únicamente a sí
misma esto significa un nivel de medición para colocar el desarrollo
evolutivo de ese ser humano.