El Espíritu en el Indio Americano El silencio es la piedra angular del carácter
El mundo del indio americano fue y sigue siendo
en gran medida, un mundo impregnado de Espíritu. La gente de las
naciones indias ha sabido siempre que todo ser humano puede acceder directamente al reino espiritual y que, en consecuencia, no siempre es
necesaria la presencia de un sacerdote que actúe de intermediario.
Como nos recuerdan las perlas de sabiduría desgranadas a continuación, son muchos los cambios que llevan al corazón.
- Cuanto más listo es un hombre más necesita que Dios le proteja de la creencia de que lo sabe todo.
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Si preguntas qué es el silencio te contestaré: !Es el gran misterio! ¡El silencio sagrado es Su Voz!. Y si preguntas cuáles son los frutos
del silencio te diré: "El dominio de uno mismo, el auténtico valor y
resistencia, la paciencia, la dignidad y la reverencia. El silencio es
la piedra angular del carácter".
- La soberanía no es un privilegio que alguien pueda concederos. Es una responsabilidad que se lleva en el interior.
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La gente desea hasta tal punto conocer la espiritualidad que seguirá
cualquier cosa que se le presente, pero, en realidad, si no comprende
lo que está haciendo, lo único que consigue es lastimarse.
- La
primera paz, la más importante, es la que surge del interior de las
almas de los hombres cuando comprenden su relación con el universo y
todos sus poderes, cuando comprenden que en el centro del universo mora Wakantanka y que ese centro, en realidad, está en todas partes y en el
interior de cada uno de nosotros.
- No haces preguntas cuando creces. Observas, escuchas, esperas y te llega la respuesta.
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Desde el principio hubo tambores que marcaban el ritmo del mundo: el
sonoro oleaje incesante de la playa; las cuatro estaciones,
sucediéndose una a otra; la llegada y partida de las aves; el oso que
pasa durmiendo su etapa invernal. Insondable el por qué, pero todo en el momento exato. Observa el latido del corazón en tu muñeca, el
redoble preciso del tambor de la vida. Si pierdes el ritmo, enfermas.
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Todo está dispuesto para ti. Tu senda está delante de ti. A veces es
invisible pero está ahí. Quizás no sepas dónde vas, pero tienes que
seguir esa senda. Es la senda hacia el creador. No hay otra.
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Yo soy el único responsable de mi alma si no obro bien. Yo tengo la
culpa, no el otro. Nadie va a llevarte a la tumba más que tu mismo.
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Yo no pido en mis oraciones las cosas que me gustaría que ocurrieran,
porque ningún hombre puede saber lo que es mejor para la humanidad. Así
que rezo para que la voluntad de Dios me dé la sabiduría necesaria para
aceptar Su forma de hacer las cosas.
- El hombre que mantiene su
ser siempre en calma es imperturbable a pesar de las tormentas de la
existencia. Tiene, según el sabio, la actitud y la conducta ideales en
la vida.