Señor, después de leer el Discurso de Benedicto XVI sobre el tema
“Jesús es el Señor”, quiero presentarte y acercarte a la nueva generación,
que vive en un mundo en gran parte alejado de Ti. Son muchas las personas
que confían en la oración para poder llegar a una verdadera educación y
formación cristiana. Mi amistad contigo hace que con profunda humildad pero
con total confianza crea que en Ti está la fuerza que mueve los corazones
hacia la plenitud del Amor. Haz que el testimonio de todas las almas
consagradas sirva para que los alejados vuelvan a Ti, que los que no te
conocen vislumbre con nuestro estilo de vida un deseo de saber quién eres
tú y por qué te seguimos. Quiero colaborar con espíritu abierto con todos los
que trabajan por una educación cristiana, que es a su vez formación en la auténtica libertad.
Que las familias unan sus esfuerzos para una educación responsable de sus hijos y los
agentes de pastoral dedicados explicitamente al mundo juvenil consigan atraer a los
jóvenes al conocimiento de tu vida y tu mensaje. Mi compromiso orante lo pongo al servicio
de las necesidades de la humanidad a la vez que te pido tengas a bien mandar obreros a tu mies.
Que los jóvenes respondan a las incesantes llamadas que haces a través de los testigos
que median entre ellos y Tú; ellos que son tan susceptibles a la amistad, te reconozcan
como el Amigo que nunca falla.
Amén.
LUNASOL