Oda
a la Asunción
Al
cielo vais, Señora,
y
allá os reciben con alegre canto.
¡Oh
quién pudiera ahora
asirse
a vuestro manto
para
subir con vos al monte santo!
De
ángeles sois llevada
de
quien servida sois desde la cuna,
de
estrellas coronada:
¡
Tal Reina habrá ninguna,
pues
os calza los pies la blanca luna!
Volved
los blancos ojos,
ave
preciosa, sola humilde y nueva,
a
este valle de abrojos,
que
tales flores lleva,
do
suspirando están los hijos de Eva.
Que,
si con clara vista,
miráis
las tristes almas desde el suelo,
con
propiedad no vista,
las
subiréis de un vuelo,
como
piedra de imán al cielo, al cielo.
Fray
Luis de León
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