Origen del oro
Sacrifica el Rey anciano Un llama negro y lustroso, Y hacia los cielos eleva El corazón y los ojos.
-A ti, Sol inmaculado, Padre fecundo de todo, A ti consagro la ofrenda De mi culto fervoroso.
En vano tribus salvajes Adoran sierpes y monstruos: Yo mi único Dios te aclamo, Yo te venero y te adoro.
-«Tú, que primero me adoras, Dice el Sol, oh Rey devoto, Padre serás de un Imperio Rico, vasto y poderoso.
Si me ofreces negro llama, Te doy inmenso tesoro, Que hará tus hijos potentes, Que hará tu Reino famoso».
Llora el Sol en larga vena, Y tierras, lagos y arroyos Beben con sed insaciable, Que sus lágrimas son oro.
Manuel Gonzalez Prada
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