Nodriza
¡Calla , mi flor de leche, mi siempre niña! Los sueños que se cuentan se hacen ceniza.
No te fíes del mar porque da y quita, ni del hombre que llega de lejanías.
Primores de este valle son tuyos, hija. Casa de calicanto te ama y te cuida.
Es mejor el silencio de tu sonrisa que todo lo que muestras por encendida.
Hay que esconder tesoros como la hormiga, porque muchos que pasan sienten envidia.
Claudia Lars
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