Desarrolla tu inteligencia emocional

Ser inteligente no sólo es saber razonar, sino también tomar en cuenta al alma, ser fiel a ti misma y vivir siempre en el presente.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la palabra inteligencia se define como la capacidad de entender o comprender, de resolver problemas. Etimológicamente, también podría afirmarse que la inteligencia se resume en la habilidad de elegir las mejores opciones para solucionar un asunto.

Más emoción que acción

Según la terapeuta Reyes Ollero, experta en coaching, existen otros caminos además del razonamiento lógico y recto para escoger la mejor opción, que es la que te “conecta con tu ser interior y más esencial, te ayuda a expandir la consciencia y te acerca a la felicidad, entendida como un estado de paz e íntima conexión con las demás personas y el universo”.

Ejercicios para la paz interior

Además de la inteligencia intelectual, hay otras como la emocional, la intuitiva, la espiritual, la del amor, la del alma. Éstas son algunas recomendaciones de la especialista para explorar y desarrollar otras formas de ser inteligente, que pueden ayudarte a vivir cambios importantes e inimaginables:

El poder del ahora. Si te pasas la vida recordando cosas ya pasadas o evocando proyectos que supuestamente van a cambiar tu vida pero no se concretan, estás buscando la felicidad donde no está. El pasado es irrecuperable y el futuro incierto. Recuerda que sólo tienes en tus manos el presente y lo que haces a cada instante determina tu felicidad futura y la calidad de tus recuerdos. Para regar la semilla de la plenitud no hay mejor lugar que en el que se encuentra ni mejor momento que ahora.

Las sombras del inconsciente. Bajo la máscara del ego consciente descansan, ocultas y reprimidas, emociones como la ira, los celos y el rencor que crean en ti una sombra psicológica y emocional. Cuando caigas en una exageración, por exceso o defecto, significa que tu sombra está cerca y es momento de frenarte para ubicar qué aspectos de tu vida debes cambiar para dejar de sufrir. Observa y examina las ramificaciones que tu sombra reprimida ha desarrollado en tu mente y acepta esas partes oscuras que repudias o prefieres no mirar porque no te gustan. Al reconocerlas y aceptarlas, podrás elaborar pensamientos voluntarios y conductas más deseables para ti misma.

La felicidad interior. En tu interior existe una alegría sin causa, un estado de conciencia que no depende de condiciones externas ni ajenas, que surge desde muy dentro del ser, y ninguna frustración o desengaño lo oscurece ni apaga. Brota cuando sabes que tu vida diaria es coherente con el propósito central que da sentido a tu existencia. ¿Conoces cuál es? ¿Te has hecho esta pregunta? Muy probablemente servir a los demás y ser útil al desarrollo y bienestar de las personas que pasan por tu vida contribuirá mucho más a esa alegría sin causa que perseguir la riqueza, la fama y el placer.

El camino del autoconocimiento. Para estar bien con los demás necesitas estar bien contigo misma. Muchas personas se rehúsan a estar a solas con sus pensamientos por temor a internarse en los rincones de su mente, además es fácil que piensen por uno. Si huyes del silencio y la soledad buscando algo que te distraiga, no tendrás un verdadero autoconocimiento de tus capacidades, necesidades y limitaciones y será difícil que progreses y seas feliz. Piensa en los aspectos de tu carácter que te ayudan a avanzar y los que te frenan, averigua si se apegan a tu estilo de vida por el temor a lo nuevo o hay aspectos de tu personalidad que te condicionan.

El diálogo contigo misma. Tu estabilidad emocional depende de que conozcas los distintos niveles de tu ser. Imagina que eres una amiga con la que has quedado de salir para tomar un café, fija una hora y un lugar determinado para el encuentro. Una vez allí considera que estás reunida contigo misma y nada ni nadie debe distraerte, limítate a estar. Mientras tomas un café revisa cuestiones que has relegado a un segundo plano por falta de tiempo y analiza cuáles son tus prioridades y si les dedicas el tiempo que necesitan. Comprueba si tu vida se ajusta a tus expectativas y necesidades, y si no es así intenta hallar propuestas y soluciones. Apunta todo lo que piensas si lo deseas y piensa que de ninguna reunión sacarás tanto provecho como de esta

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