Mareas
Vicente Herrera Márquez
En la quietud de la tarde, cuando comienza a oscurecer, en el remanso de tus aguas, soy un barco de papel, que navega suavemente, por los pliegues de tu piel. Pero cuando la noche llega, y la calma de tu cuerpo, cual océano embravecido, se comienza a encabritar, en las crestas de tus olas me transformo en un corcel. Con el paso de las horas, del ocaso hasta la aurora, cubiertos por un manto sideral, navegamos, zozobramos; la tormenta, nos transporta por corrientes de placer. Cuando comienza la mañana, da paso a la calma, el vendaval. Los cuerpos fatigados, complacidos se van a descansar, esperando, nuevamente, en la quietud de la tarde ser un barco de papel, y en la noche tormentosa ser de nuevo tu corcel
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