Corazón de niño.
¿Qué son los niños? Son paquetes de energía
que solo dejan de correr y hacer preguntas
cuando están completamente exhaustos o caen
rendidos de sueño. Suben los árboles, escarban
en medio de un riachuelo, y generalmente con
solo mirarlos, los adultos se rinden de cansancio.
Algunos son más tranquilos que otros, pero
todos hacen preguntas.
Al chico no le importa si esto te distrae o produce una
gran sonrisa en tus labios. Ellos preguntan y actúan,
día tras día, tras día.
Los niños se comportan de esta manera porque
desean saber. Son como enormes esponjas que absorben
todo a su alrededor. Es un momento valioso cuando
ven algo especial. Sus rostros se iluminan como si
fuera el día de Navidad. Se les saltan los ojos
quedan boquiabiertos de incredulidad, y luego
sonríen. A menudo los adultos nos hemos
olvidado de sonreír.
Los niños no esconden nada. Si están emocionados
o asustados, es muy obvio. Aceptan y devuelven
amor y atenciones con imprudente abandono.
Podemos dejar de pensar como niños, pero hay
una gran recompensa al experimentar el gozo
que siente un niño.
Un gran hombre es aquel que no ha perdido su corazón de niño.
Renuevo de Plenitud
|