Si tienes un amigo, has merecido un don divino. La amistad leal, sincera, desinteresada es la verdadera comunión de las almas. El recuerdo del amigo lejano, del amigo de la niñez o de la juventud produce íntima alegría de haberlos conocido, Nuestra vida se enriqueció con su contacto por breve que haya sido. La amistad no se conquista, no se impone, se cultiva como una flor, se abona con pequeños detalles de cortesía y de ternura y de lealtad, se riega con aguas vivas de desinterés y de cariño silencioso.
Gracias mi Gaviotas hermosas, por todo su apoyo, en los momentos que mas he necesitado, esta gaviota la podran hacer caer, pero siempre elevara su vuelo mas alto.