Que la navidad nos enseñe a elevar nuestros corazones
A veces nuestros corazones pierden el camino de la paz y la alegría. Es fácil verlos por ahí, cabizbajos, llenos de problemas, perdiendo la fe, perdiendo la esperanza.
A veces nuestros corazones parecen haberse olvidado de Dios. Por eso, cada año, la Navidad regresa a
recordarnos el júbilo de ese Dios Niño que vino a dar su vida por nosotros, a recordarnos la humildad
de un Jesús que quiso ser hijo de un carpintero y aprender de la vida de los pobres. por eso lo llenamos
todo de luces que parecen pequeñas estrellas:
así recordamos a nuestros corazones que ellos no pertenecen a la tierra, sino al Cielo,
y que su lugar está allá arriba.
Es Navidad:
Elevemos nuestros ojos hacia la estrella que anuncia la llegada del Mesías, y con nuestras miradas
se elevarán también los corazones.
Elevemos al cielo la plegaria de la gratitud y la alegría, y hagamos correr por todas partes la noticia
del Nacimiento de nuestro Salvador.
La Navidad está de nuevo entre nosotros, recordándonos que todos somos hijos del Padre,
llamando a nuestros corazones a unirse a los cánticos del Cielo.
La navidad es una lección de humildad, de fe: que su milagro nos enseñe a mantener el corazón levantado
hacia el Señor y pedir por la Paz del Mundo.
©2005 Autor: Desconocido
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