Podrá alguien presentarnos a un hada?
¿O son ellas las que deciden libremente si aceptan o no a un
humano?
El mundo de la Hadas es una mezcla de misterioso encanto, de
cautivadora belleza, pero también de una enorme fealdad, de
insensible superficialidad, de humor, malicia, júbilo e
inspiración, de temor, risa, amor y tragedia. Es mucho más rico
de lo que, por lo general, nos induce a creer la literatura y es,
además, un mundo en el que hay que penetrar con suma
cautela, pues no hay nada que más enoje a las hadas que unos
seres humanos que se mueven curiosamente por sus
particulares dominios, como turistas malcriados. Bajo su
embrujo puede desarrollarse el amor y también el abandono y
la muerte. Al igual que los humanos viven en un universo de
contradicciones.
El genial dramaturgo ingles William Shakespeare, en su obra
Hamlet, sentencia que existe sobre la tierra más cosas de las
que alcanza a percibir, la imaginación. Podríamos agregar
también, que en un porcentaje alto lo fantástico es invisible a
los ojos. La creencia en la existencia de las Hadas, es común a
las más diversas culturas, encontrando el origen en los mitos y
leyendas de cada una de ellas.
Una de las tantas leyendas, sostiene que las hadas son ángeles
caídos o paganos muertos que no han sido suficientemente
buenos para entrar en el paraíso, ni tan malos como para entrar
en el infierno, quedando obligados a vivir eternamente a mitad
de camino.
Otra leyenda cuenta que cierta vez, estaba Eva, a orillas de un
río, bañando a sus hijos, cuando escucho que Dios, le hablo.
Temerosa, Eva oculto a los hijos que todavía no había bañado,
para que Él no los viera. Dios, que todo lo ve, le preguntó si con
ella estaban todos sus hijos y Eva mintiendo, respondió que sí.
Entonces, Dios le advirtió que aquellos que había ocultado,
quedarían ocultos para siempre a los ojos de los hombres y
fueron esos niños los que se convirtieron en hadas o Elfos.
Ubicación del mundo de las Hadas
La ubicación de estos seres elementales, ha sido variable con el
correr de los tiempos y las culturas. Para los Irlandeses, alguna
vez se ha encontrado en el horizonte y otras bajo sus propios
pies, alguna vez en tierras montañosas y otras en una isla
mágica en el medio del mar, o debajo del océano.
Para otras culturas se los puede encontrar, en el ambiente
natural, en una planta, un árbol, la tierra, un lago, en la brisa,
el sol, en el perfume de las flores y todo lo natural que nos
rodea. En una palabra, el aire, el agua, la tierra y el fuego son
los cuatro elementos que contienen a los Espíritus Elementales.