Schwab, presidente de la industria
independiente de acero más importante:
murió en la bancarrota.
Arthur Cutten, el más grande de los
especuladores de trigo: murió
insolvente en el extranjero.
Richard Witney, presidente de la Bolsa
de Valores de Nueva York: murió poco
después de ser puesto en libertad de
la prisión de Sing Sing.
Albert Fall, miembro del gabinete de un
presidente de los Estados Unidos: se le
indultó de la prisión para que muriera
en su hogar.
Jess Livermore, el «oso» más grande
de Wall Street: se suicidó.
Leon Fraser, presidente del Bank of
International Settlements: se suicidó.
Ivar Kreuger, jefe del monopolio más
grande del mundo: se suicidó.
Hasta el millonario griego, Aristóteles
Onassis, que conservó su riqueza y
murió a edad avanzada, reconoció que
el dinero no es equivalente al éxito.
El sostuvo que «después que llegas a cierto
punto, el dinero pierde importancia.
Lo que importa es el éxito».
Tomado de El mapa para alcanzar
el éxito. John Maxwell.
Qué es el éxito en realidad? No es dinero,
no es poder. El verdadero éxito es vivir de
acuerdo a los principios de Dios.
Cuando nuestra vida se alinea a los
principios eternos, entonces nos movemos
en el verdadero camino de Dios. Deja hoy
de moverte en la vanidades del mundo
y comienza dar pasos en el camino de Dios.
Renuevo de Plenitud