Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
Madre Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme misericordia y perdón.
¡ Levántame Madre Santa!
No me dejes perder, las delicias de aquel Cielo, que yo quiero conocer, al Amor de los amores, y estar siempre junto a él
Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
Madre Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme misericordia y perdón.
¡ Levántame Madre Santa!
No me dejes perder, las delicias de aquel Cielo, que yo quiero conocer, al Amor de los amores, y estar siempre junto a él
Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
Madre Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme misericordia y perdón.
¡ Levántame Madre Santa!
No me dejes perder, las delicias de aquel Cielo, que yo quiero conocer, al Amor de los amores, y estar siempre junto a él
Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
Madre Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme misericordia y perdón.
¡ Levántame Madre Santa!
No me dejes perder, las delicias de aquel Cielo, que yo quiero conocer, al Amor de los amores, y estar siempre junto a él
Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
Madre Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme misericordia y perdón.
¡ Levántame Madre Santa!
No me dejes perder, las delicias de aquel Cielo, que yo quiero conocer, al Amor de los amores, y estar siempre junto a él
Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
Madre Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme misericordia y perdón.
¡ Levántame Madre Santa!
No me dejes perder, las delicias de aquel Cielo, que yo quiero conocer, al Amor de los amores, y estar siempre junto a él
Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
Madre Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme misericordia y perdón.
¡ Levántame Madre Santa!
No me dejes perder, las delicias de aquel Cielo, que yo quiero conocer, al Amor de los amores, y estar siempre junto a él
Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
Madre Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme misericordia y perdón.
¡ Levántame Madre Santa!
No me dejes perder, las delicias de aquel Cielo, que yo quiero conocer, al Amor de los amores, y estar siempre junto a él
Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
Madre Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme misericordia y perdón.
¡ Levántame Madre Santa!
No me dejes perder, las delicias de aquel Cielo, que yo quiero conocer, al Amor de los amores, y estar siempre junto a él
Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
Madre Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme misericordia y perdón.
¡ Levántame Madre Santa!
No me dejes perder, las delicias de aquel Cielo, que yo quiero conocer, al Amor de los amores, y estar siempre junto a él
Pero
más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias
que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor,
te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor,
que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que
tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él
recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la
sumisión.
Madre
Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se
consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme
misericordia y perdón.
¡ Levántame Madre Santa!
No me dejes perder, las delicias de aquel Cielo, que yo quiero conocer, al Amor de los amores, y estar siempre junto a él
Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
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Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
Madre Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme misericordia y perdón.
¡ Levántame Madre Santa!
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Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
Madre Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme misericordia y perdón.
¡ Levántame Madre Santa!
No me dejes perder, las delicias de aquel Cielo, que yo quiero conocer, al Amor de los amores, y estar siempre junto a él
Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
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¡ Levántame Madre Santa!
No me dejes perder, las delicias de aquel Cielo, que yo quiero conocer, al Amor de los amores, y estar siempre junto a él
Pero más gracias te doy por todo lo que carezco; pues es por mis carencias que te he encontrado, y Tú superas lo que yo pudiera esperar o desear.
Señor, te pido, que no me traicione mi cuerpo, que no se rinda en el dolor, que mi alma siempre domine para jamás apartarme de vos.
Que tus ojos María, observen mi corazón; que estén siempre fijos en él recordándome tú dolor; que en tú mirar encuentre la confianza, la sumisión.
Madre Santa del Cielo, ayuda a este pecador; defiéndelo de los males; se consuelo en el dolor; auxíliame en la hora póstuma; consígueme misericordia y perdón.
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