Madre en la puerta hay un niño, más hermoso que el sol bello, diciendo que tiene frío, porque viene casi en cuertos. Pues dile que entre y se calentará, porque en esta tierra ya no hay caridad, porque en esta tierra, ya no hay caridad.
Entró el Niño y se sentó, y mientras se calentaba, le preguntó la patrona, ¿De qué tierra y de qué patria? Mi Padre es del Cielo, mi Madre también, Yo bajé a la tierra para padecer Yo bajé a la tierra para padecer
Hazle la cama a este Niño, en la alcoba y con primor. No me la haga usted señora, que mi cama es un rincón. Mi Padre es del Cielo, mi Madre también, Yo bajé a la tierra para padecer. Yo bajé a la tierra para padecer.
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