La libertad es más que una condición que existe para mí en el mundo físico. Es la esencia de mi ser. Surge del espíritu de Dios en mí para expresarse en mi vida.
Soy libre para ser todo lo que deseo ser. Soy libre para cambiar y crecer espiritualmente. Soy libre para dejar ir cualquier hábito dañino que esté listo para soltar y adoptar cualquier hábito saludable que esté listo para aceptar. Soy libre para crecer tanto espiritual como intelectualmente. No permito que el tiempo ni las circunstancias obstaculicen mi camino.
Dios no me ha impuesto limitaciones. Gracias al espíritu de Dios en mí, tengo la libertad de lograr los deseos de mi corazón. ¡Vivo consciente de la verdad de que soy libre!
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.—Filipenses 4:13