MENSAJE DE NAVIDAD
El
mundo entero celebra con una gran cena, con muchos regalos, con luces de
colores.
Hay
música, hay bailes, hay de todo.
Hay
abundancia, generosidad, simpatía, romance en el aire, tantas y tantas alegrías.
Se celebra el día del Amor.
Señores, lean con atención:
Todo
esto, esta gran fiesta, esta reunión tan significativa entre familiares
y amigos
es una máscara, en la que verdaderamente nos
hemos olvidado del significado de la navidad.
“Estamos todos”, decimos. "No hace falta nada más"
Pero
eso no es cierto, ¿acaso en nuestra mesa esta el humilde, el pobre, el
miserable, el enfermo, el loco, el agonizante?
¿Esta en nuestra mesa el enemigo? No.
Esta en nuestra mesa, la fantasía de un día
feliz, pero muchos otros millones de millones de personas,
ese día no tendrán ni siquiera un pedazo de pan
duro. Y la navidad se ha convertido en un puro
negocio pues nos hemos olvidado de Jesús, nos hemos
olvidado del perdón,
de la
oración, de sacrificio y del prójimo.
El
espíritu de la Navidad es el espíritu de Jesús hecho hombre que viene a
llamarnos y
a
conducirnos a una celebración mas grande, a la celebración de la capacidad de
compartir con el
más
necesitado, con aquel que por todos ha sido olvidado,
porque la navidad nos augura, nos llama a un reino
espiritual.
A
través del tiempo, las cosas han cambiado demasiado, quitemos la mascara
de la
alegría de un día y hagamos de todos los días la alegría de la compasión,
de la
amistad desinteresada y del amor genuino con nuestros
semejantes,
y a
todo lo que existe.
Celebremos el espíritu real y será cada día una
feliz navidad porque el amor
ha de nacer siempre cada día, cada instante en
nuestro corazón y en el
de todos, grandes, o pequeños, libres o esclavos,
sanos o enfermos,
para todos les deseamos la única navidad, la
navidad de la familia humana
donde todos somos hermanos sin discriminación de
sexo, color, posición, o lo que fuere
Jesús
es la navidad, y Jesús te llama al Amor, al Amor que no es de un día, sino la
eternidad.
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