Lunes
7 de diciembre del 2009
La oración es mi práctica, y el Espíritu es mi guía. Mis acciones son compasivas.
Admiración
Admiro a quienes han actuado con valor y honor en circunstancias difíciles, y siento agradecimiento por todos aquellos cuyas vidas han marcado una pauta en el mundo y en mi vida.
Mi consideración por otros me recuerda
actuar con sabiduría y valor.
Sé que puedo prestar servicio a quienes no pueden
ayudarse a sí mismos o a aquellas personas que
necesitan aliento.
Con la oración como mi práctica
y el Espíritu como mi guía,
sé qué hacer y cómo responder de maneras compasivas
y efectivas.
Honro cada vida dada en servicio a otros
y también cada vida llevada según la guía del Espíritu.
Os rogamos, hermanos,
que reconozcáis a los que trabajan
entre vosotros …
Tenedlos en mucha estima
y amor por causa de su obra.
Tened paz entre vosotros.—1 Tesalonicenses 5:12-13