El gozo de las festividades está en el ambiente —mi casa decorada para las fiestas, los niños contentos, las fiestas y programas navideños planificados. Mas puede haber momentos en que siento que el gozo de la temporada me evade. Quizás he sufrido la pérdida de un ser querido o echo de menos a familiares que están lejos.
En tales momentos, me dirijo a mi interior y afirmo el poder de la gracia de Dios. El amor de Dios llena mi vida de gozo y paz. La gracia de Dios me bendice de maneras mayores a las que he imaginado, y más allá de mis esperanzas y expectativas. Mi fe en Dios hace que la gracia divina me inspire con amor, gozo y satisfacción en esta temporada festiva.
Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús.—1 Corintios 1:4