Había una vez...
Había una vez un viejito pascuero muy triste, por lo que estaba pasando en el mundo.
Se le acercó un hombrecito más pequeñito
y le preguntó:
-¿Por qué están triste viejito pascuero, no sabes que ya empieza el espíritu
navideño,para todos los niños? Tú deberías estar preparándote para repartir los regalos a los niños de
todos los países-.
El viejito pascuero le contestó: -Sabes hombrecito, no sé de donde sales tu, pero te diré que estoy muy triste, por no poder
salir a repartir los regalos a los niños-.
-¿Pero, por qué no? Preguntó el hombrecito.
-Porque los niños ya no se acuerdan de mi, se han olvidado que existo, ya no hay esa
ilusión de fantasía en su corazoncitos, solo piensan en esos feos dibujos animados
de la televisión, ya no juegan con sus juegos
de niños,se creen grandes.
Si yo los miro como que aún son niños.
Los padres les han quitado la niñez a los
pobres chicos, regalándoles un celular que
saben ellos de esos aparatos caros, si aún desean un juguete.
Por eso estoy triste hombrecito -dijo
el viejito pascuero.
-Sabes viejito pascuero, quiero que hagas
feliz aquellos niños que aún creen en ti.
Buscaremos a los amigos duendes y
trabajaremos para los regalos que tienes que repartir para navidad.
PARA hacer feliz a muchos niños pobres
-dijo el hombrecito.
Así el hombrecito buscó a los duendes y los llevó a la casita del viejito pascuero.
Allí empezaron a trabajar con mucho cariño, para tenerle un regalito a cada niño del mundo
Dijo el viejito pascuero:
Sabemos que hay mucha maldad en el mundo, la delincuencia cada día más triste y mala, por esos jóvenes que no saben valorar sus
vidas, pero el espíritu de Dios los llevará
por un buen camino.
El hombrecito le contesta: no te preocupes
más viejito pascuero ya no estés triste...
En está navidad todo será mejor y el
mundo sonreirá.
Muy feliz y sonriendo, el viejito pascuero hizo caso al hombrecito, juntó a los renos y los
trineos,empezó a trabajar con los duendes que
lo ayudaban a fabricar los juguetes.
Así, salió a recorrer las calles desde arriba,
del gran cielo azul, para saber donde vivían
los niños más pobres, para darles sus
regalos de navidad.
Una hermosa nube los llevó hasta los hogares
más tristes,enseñándoles el camino, para
llegar donde los niños que lo necesitaban, enviando sus cartas al viejito pascuero.
Así el hombrecito convenció al viejito
pascuero y ya estaba todo listo para navidad.
A la espera de entregar los regalos navideños.
El hombrecito ya había cumplido con lo que
el señor le había comentado...
Muy contento dijo: que Dios bendiga a todos
los niños en navidad...
Mucho se sorprendió el viejito pascuero
cuando le dijo: ya cumplí con la misión para
la que fui enviado por nuestro señor...
Allí se dio cuenta el viejito pascuero que
era un ángel enviado por Dios, para que él trabajará por los niños, y
entregarles sus regalos en navidad... Dios bendiga a los padres también.
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