El miedo puede desaparecer, en la medida
que nos desarrollamos espiritualmente.
Con nuestras debilidades nacen los temores.
Todos los miedos surgen de la incapacidad
de ser completos que caracteriza a
los seres humanos. Mientras nos
desarrollamos espiritualmente, nos damos
cuenta de las fortalezas escondidas,
que van ocultando los puntos débiles.
Aunque las debilidades no desaparezcan,
paso a aceptarlas y amarlas, entiendo su
función y trabajando para que no
aparezcan en momentos equivocados.
El desarrollo espiritual genera la aceptación
integral de mi propio ser.